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#ZonaLibre | México ya no puede ser el mismo

El paro del lunes 9 de marzo desborda la esperanza, la que tiene que ver con cambios sociales reales de gente que se levanta para dejar a un lado el miedo, la apatía y tomar las calles.
mié 11 marzo 2020 06:45 AM
Pasillos del Metro.jpg
La zona destinada para mujeres en el Metro pone en evidencia que el paro #UnDíaSinEllas ha tenido una fuerte convocatoria en las primeras horas de este lunes 9M.

Después de lo sucedido el pasado 8 de Marzo con la enorme expresión de las más de 60 marchas y el éxito rotundo del día 9 con #ElNueveNadieSeMueve, nuestro país no puede, no debe de ser el mismo. El estruendoso silencio de las mujeres el pasado lunes es una muestra de unidad femenina nunca antes vista por una causa tan justa como la violencia de género, los feminicidios y la imperante impunidad. Pero también desborda la esperanza, la que tiene que ver con cambios sociales reales, tangibles y visibles de gente que se levanta para dejar a un lado el miedo, la apatía y tomar las calles, sus calles.

Claro que las extrañamos el pasado lunes, porque indudablemente México resintió la ausencia de las mujeres en las escuelas, oficinas y los establecimientos comerciales. Porque nos dieron un ejemplo que no debemos olvidar, de que más allá de los gritos y las mentadas de madre, las pintas y las pancartas, el discurso de las mujeres es el más valioso en medio de un país plagado de desesperanza y desmotivación.

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Las extrañamos porque nos dimos cuenta de que, más allá de no estar presentes como un día inhábil, mostraron que su silencio es también amor por su país, porque hicieron que toda la nación se estremeciera y reflexionara sobre la importancia de la existencia de las millones de mujeres mexicanas que son ejemplo de lucha, esfuerzo y valentía. Que su valía es magna.

No. No debe de ser igual el país. Porque se dio un paso democrático gigante en el país, lo hicieron ellas, pero no solo para su justa causa, sino para la de todos los mexicanos; abrir los ojos de una sociedad que durante siglos ha vivido sumida en la indiferencia, la desidia y la queja, que piensa que solo el voto funciona, pero no es así, hay que salir a las calles, hay que gritar, gritar y volver a gritar hasta que ese grito sea multiplicado, hasta que la plaza pública sea habitada por aquellos que no soportamos más injusticias, muerte, destrucción y ese maldito silencio que nos ha hecho cómplices de una descomposición general.

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Admirables

Esas mujeres que marcharon el pasado domingo, que al día siguiente paralizaron con su ausencia las ciudades, deben de ser reconocidas para siempre. Debemos recordar ese par de fechas como un despertar, como una restauración de la esperanza. Debe animarnos, creer que sí podemos cambiar, que no importan nuestras diferencias ideológicas, partidarias o religiosas, que nuestra capacidad de reflexionar en una transformación es posible.

Estoy seguro de que esta demostración nacional la resintieron sobretodo los más pequeños. Quiero pensar que en las primarias y en las secundarias se habló del tema; de la barbarie, asedio, acoso y desigualdad que sufren la mayoría de las mujeres en este, el país de todos, pero que ellos, los más jóvenes habrán de heredar y que deberán de luchar para transitar a una metamorfosis para dejar de ser un infierno para ellas.

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Así fue #UnDíaSinMujeres

A nadie debe dividir #UnDíaSinNosotras sino debe llenarnos de orgullo por reconocerlas, porque al saberse unidas y comprendidas la violencia debe menguar. Una generación de mujeres más fuertes, empoderadas, ausentes de temor; eso significa que veremos un despertar que trae esta primavera de mujeres que entienden que deben de tomar el poder, participar activamente en política y considerar el discurso como arma potente.

Este entusiasmo y el “despertar morado” de la primavera del 2020 debe de ser un antes y después. Aunque el machismo sigue siendo un virus que tenemos muy dentro, las mujeres han demostrado que sí hay solución. Que han exhibido a quienes no tienen el interés de ver a la mujer levantarse, como también a quienes les admiramos y respetamos su movimiento, pues gracias a él tendremos un mejor país.

¡Gracias por no callar! Esto es apenas el principio de una gran etapa para el país, justo cuando más lo necesitábamos, las mujeres pusieron el ejemplo y han regresado el ánimo en todos los puntos cardinales de la nación.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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