Sin embargo, para Andrés Manuel López Obrador los números negativos a su gobierno sugieren un complot desde los medios de comunicación que están en su contra y le atacan cotidianamente. Al principio, ese criterio funcionó para que muchos creyeran que, efectivamente, quizá algunos medios estaban “ardidos” por no recibir dinero y por eso maltrataban la imagen del ejecutivo. Hoy por hoy, la estrategia de hacerse pasar como víctima ya no funciona igual para AMLO, porque la realidad en las calles está superando cualquier tipo de ficción.
La oposición podría celebrar que López Obrador haya caído en una desaprobación de hasta el 34%; sin embargo, esto sería un triunfo pírrico y falso. Pues no tuvo que ver el inminente registro del partido calderonista México Libre o los argumentos de sus adversarios en twitter u otras redes sociales:
La culpa de la caída de López Obrador, se debe a la sobreexposición de López Obrador.
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El 2020 arrancó convulsionado para la 4T, con el partido de Morena, así, partido, desquebrajado, dividido, agitado. El tema del avión presidencial y su rifa se fue convirtiendo, comenzando como una broma a una rifa institucional, casi un programa oficial de gobierno para vender “cachitos”.
Esa controvertida rifa ayudó para distraer la atención por algún tiempo de los casos de feminicidios que tanto han golpeado el corazón de la sociedad. La venta de los mentados “cachitos” funcionó para que se debatiera el tema y el desabasto de medicamentos, la imperante inseguridad y ejecuciones, estuvieran como temas apartados de las pláticas entre mexicanos.
“Empezará la venta de los seis millones de cachitos este próximo lunes 9 de marzo”, dijo un sonriente Andrés Manuel, escoltado por el director de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto; aunque este lunes declaró que retrasaría un día la venta.
#QuéPasóCon... el paro del 9 de marzo