El PRI está por cumplir 91 años este 4 de marzo. Es el partido más longevo de México, y uno de los de mayor data a nivel regional e internacional. Pero llega a este 91 aniversario siendo una entelequia. No es ni siquiera una sombra del gran partido que fue: el forjador del México moderno.
Hoy, el PRI es un partido abatido, minimizado. Y se nota en sus liderazgos. Uno ve la dirigencia nacional, y no se reconoce una sola figura de peso de la política. Uno ve a los dirigentes estatales y es la misma historia. Es un partido en ruinas, que parece no querer resurgir.
A casi dos años de terminado el terrible gobierno de Peña, el PRI sigue cooptado, a la deriva, cada vez más desorientado. El golpe que asestó Peña a su propio partido, y esa omisión que tuvimos los priistas al permitírselo, parecen haber sido mortales.