Cuando acepté escribir esta breve columna para Expansión Política la intención era clara: ofrecerle al lector una ventana al muy diverso mundo de la realidad mexicana mediante una imagen –una estampa– icónica y diferente cada semana. Nunca quise que esta sección se volviera un inventario del pavor cotidiano. Pero la realidad opera como le da la gana y la obligación es retratarla como es. Y aquí estamos: una nueva semana con una nueva historia de horror.
#LaEstampa | La muerte de Fátima: crónica de nuestra podredumbre
Apenas la semana pasada repasábamos aquí la crónica de la muerte de Ingrid Escamilla . Y parecía entonces que nada podía superar los detalles de ese infierno. Pero el México macabro del siglo XXI sabe superarse a sí mismo. Porque después de la muerte de Ingrid ha venido la muerte de Fátima. Y con ella una nueva crónica de nuestra podredumbre, de nuestra ineficiencia, de la carencia de un Estado que proteja a los mexicanos más vulnerables. “Estamos solas”, me decía una querida amiga hace poco. Pues sí, así parece.
Lee también: El feminicidio de Fátima enciende el reclamo de justicia en la CDMX
Y están solas incluso cuando no lo están. De ahí la tragedia de esa imagen ya emblemática de la muerte de Fátima. La pequeña niña, captada en una cámara de vigilancia, caminando mientras va tomada de la mano de la mujer que la lleva a la muerte. ¿Qué pensaba Fátima? ¿Intuía el peligro? Seguramente no. A los siete años, de la mano de un adulto, ningún menor de edad piensa que lo que espera a la vuelta de la esquina es el infierno. Pero así fue.
La imagen de Fátima en ese video me recordó a otra muy similar. Ocurrió en el noreste de Ingalterra en 1993. Fue ahí que John Venables y Robert Thompson, dos niños de diez años, convencieron a James Bulger, un pequeñito ocho años menor, de acompañarlos lejos de un centro comercial. En el video se ve a Bulger tomando de la mano a uno de sus secuestradores. Se le ve inocente, tranquilo. Confía en que nada malo le va a ocurrir. Como a Fátima, a Bulger le esperaba el abismo de la crueldad humana. Lo asesinaron sin miramientos. La muerte del niño James Bulger sacudió a la Inglaterra de principios de los noventa.
Te puede interesar: Feminicidios al alza; cada día mueren tres mujeres por hechos de violencia
¿Pasará lo mismo con la muerte de Fátima en el México del 2020? ¿O será que tendremos que sumar más imágenes a este catálogo del dolor?
__________________
Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.