Mucho se ha hablado y discutido en diversos foros sobre la subcontratación en materia laboral (en mi opinión, mal llamada "outsourcing" y/o "insourcing"), para no entrar en temas ya superados, mi posición es que el cumplimiento de las obligaciones laborales, de seguridad social y fiscales por parte de los empleadores en México no es negociable y tiene que ser total; no caben interpretaciones respecto al pago de salarios, prestaciones, beneficios, cuotas obrero-patronales, impuestos, etc., cualquier esquema diferente es considerado una simulación.
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La simulación afecta no solamente a los trabajadores que, al término de su relación de trabajo, verían reducidos los beneficios de una jubilación por la falta de pago de cuotas obrero-patronales calculadas correctamente, sino también al fisco federal y local al reducir, supuestamente, la base para el cálculo del Impuesto Sobre la Renta a enterarse y respecto al Impuesto Sobre Nóminas. Estos esquemas, en los que supuestamente el trabajador obtiene un beneficio, directo e inmediato, por recibir el dinero que corresponde al salario devengado por su trabajo en “otro tipo de vehículo innovador ” (cobro de seguros, retorno de cuotas sindicales, regalías, por mencionar algunas) que las empresas que proveen ese servicio promocionan como supuestamente blindado y avalado por abogados y contadores debe desaparecer.
En estos esquemas no solamente el patrón que contrata dichos servicios simulados es culpable de permitir que se atente contra la Ley y, por lo tanto, contra México, en la mayoría de las ocasiones los empleados y trabajadores aceptan ser parte de estos esquemas simplemente por el hecho de recibir más efectivo, en otros casos la necesidad de continuar con un trabajo, el engaño de quien propone el esquema y la falta de conocimiento de la legislación son causas frecuentes para que los trabajadores acepten ser parte de la simulación.
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La simulación debe desaparecer y las empresas, empresarios y cómplices de ello ser castigados para lo cual es necesario modificar la legislación laboral, fiscal y penal en el país, pero también es necesario, y en mi opinión más importante, procurar que la ley sea respetada para lo cual es necesario conocerla; es decir, una campaña de información sobre derechos laborales (no solo de los trabajadores, sino también de los empleadores) es urgente. Solamente un cambio cultural apoyará los esfuerzos que se lleven a cabo para modificar, robustecer y actualizar la legislación mexicana.
Por desgracia en México la inobservancia de la ley es un deporte nacional.
Es necesaria y urgente una regulación especial para la subcontratación, incluyendo en ella un registro de empresas que se dediquen a esta industria y que sean fiscalizadas y revisadas periódicamente por las autoridades competentes, sin que ello nos lleve a extremos de satanizar la figura o a pretender desaparecerla; hoy el mayor empleador de personal temporal está en las empresas prestadoras de servicio externas a los grupos empresariales eliminar estas empresas podría incluso tener una fuerte afectación social en todo el país.
No obstante que se han hecho esfuerzos elogiables desde el sector privado (especialmente por parte de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano y los Colegios de Abogados), el Poder Judicial de la Federación (destacando las resoluciones y criterios del Magistrado Héctor Mercado), desde el Poder Legislativo (con la reforma laboral de noviembre de 2012 en la que se incluyó el articulado correspondiente a la subcontratación) y, actualmente, la Secretaría del Trabajo mediante su Dirección de Inspección que hace una gran labor al respecto y, podría referir muchos más, sin embargo el cáncer de la simulación se resiste a morir.
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Hoy mediante la retención del 6 por ciento del Impuesto al Valor Agregado por parte de los clientes de las empresas prestadoras de servicios que corresponde a los servicios prestados, se puede iniciar una labor importante de fiscalización para evitar, o por lo menos reducir, la gran evasión que existe derivado, insisto, de la simulación. Esto es un buen inicio.
En las próximas semanas seremos testigos de un inminente cambio en la legislación laboral. Existen diversas iniciativas proponiendo reformar la Ley Federal del Trabajo en materia de subcontratación que van desde la eliminación de la figura hasta considerarla como crimen organizado, francamente creo que ninguna de las opciones mencionadas sería adecuada para la realidad del país; sin embargo, estoy seguro que tendremos noticias de cambio, que espero sean para bien.
Si en algo sirve, creo que lo más sensato es reglamentar los artículos correspondientes a la subcontratación contenidos en la legislaciones laborales de seguridad fiscal y fiscales, crear un registro público federal de empresas que presten servicios de tercerización de personal y sancionar apropiadamente la falta de cumplimiento de las obligaciones correspondientes, todo esto con una fuerte y amplia campaña de información al país de los derechos, obligaciones y consecuencias de esta regulación, esto por el bien de México y de los mexicanos patrones o trabajadores sin importar.
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Existen empresas prestadoras de servicios que cumplen cabalmente con todas y cada una de sus obligaciones y no deben ser juzgadas por las fraudulentas labores de entidades que proponen esquemas poco éticos.
Buscar y castigar al verdadero villano de esta película es una labor conjunta del estado y la sociedad. Hagamos cumplir la ley, ese también es nuestro derecho.
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Nota del editor: el autor es socio de la Práctica Laboral y Seguridad Social en México de Hogan Lovells.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.