El viernes 15 del mismo mes Humberto Moreira fue detenido y encarcelado en Madrid. El golpe, brutal, resucitó el corrosivo juicio del New York Times en su editorial de principios de año: Peña Nieto "será recordado" como el "jefe de gobierno que evitó rendir cuentas". La detención también revolcó la respuesta del coordinador de Marca País y Medios Internacionales de la Presidencia, Paulo Carreño King, al mismo diario. No hay forma de creerle que el gobierno "trabaja en la mejoría del Sistema Nacional de Anticorrupción".
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El Auto judicial tiene la sequedad y aridez de la meseta castellana. Según el documento (tengo copia), en el 2013 Humberto Moreira recibió de empresas mexicanas 199,079.48 euros. La autoridad sospechó y en marzo de 2014 iniciaron las pesquisas que llevaron a su arresto por los "delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, malversación de caudales públicos y cohecho". De ser condenado, se pasará once años en la prisión. Como el caso que se lleva en Estados Unidos es independiente del de Madrid, Moreira dará tumbos durante varios años.
Cuando lo detuvieron, la Policía Nacional Española (@policia) mandó un tuit al que le añadieron el hashtag #misióncumplida. Algunos círculos mexicanos lo consideraron una burla al presidente mexicano. Sin embargo, estamos ante la mezcla del peculiar estilo de un tuit famoso y popular en España, por su humor y mala leche, y el poco respeto que se tiene al gobierno mexicano en amplios círculos internacionales. Se justifica el menosprecio porque es una vergüenza que las instituciones mexicanas no sancionaran a Moreira por endeudar a Coahuila -su estado- por 36 mil millones de pesos, mientras que en España lo apresaron por la transferencia irregular de sólo ¡tres millones y medio de pesos!