Baste decir que nuestro personaje de la semana se ganó este lugar por la ironía de la vida, pues mientras AMLO quiere rifar el avión para apoyar al pueblo bueno y sabio, ella quería eliminar a los billeteros de la Lotería Nacional.
No cabe duda que en la 4T ya no tienen memoria y ahora muchos experredistas se disfrazan de ovejas morenas que defienden la transparencia y combaten la corrupción, aunque sea nada más en el discurso.
Hablamos del caso de la legisladora federal a la que apodan la "diputada Louboutin”, por su afición a los zapatos de la fina marca francesa Christian Louboutin, cuyos precios rondan los 1,000 dólares o más el par, y que son famosos por tener la suela en rojo. Muy buena combinación con un anillo de la marca Rólex, para hacer el juego. Aunque para despistar enemigo ahora, que es de Morena, los ha dejado guardados y viste jeans y blusas con arreglos mexicanos.
Y es que pareciera que se quedó en el olvido que la diputada que hoy impulsó una reforma sobre conflictos de interés para funcionarios, Rocío Barrera, hace apenas nueve años fue señalada por incluir a sus familiares en la nómina de la delegación Venustiano Carranza, de donde fue “sustituta” de su mentora Ruth Zavaleta. ¡Así cómo lo están leyendo!
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En aquel entonces, en 2010, la diputada local de la CDMX, quien hoy preside la Comisión de Gobernación y Población, era acusada de incluir en la nómina a su entonces novio Isaúl Moreno Gómez, como director de Registro y Control de Módulos, con un sueldo de 66,845 pesos; a su cuñado Ramiro Moreno Gómez, como subdirector de Sistemas, con un salario de 44,420; al primo de ambos, Carlos Alberto Ramírez Moreno, como asesor de la Comisión de Notariado, con un pago de 8,897; y a su tío José Luis Hernández Barrera como subdirector de Nóminas del órgano legislativo, con un sueldo de 44,420.63 pesos.
Además, la acusaron de que, cuando fungía como diputada local, en aquel entonces, le exigía a sus empleados el cheque íntegro que cobraban en la Comisión de Notariado, la cual presidía.
Hoy, la diputada federal está de regreso en la arena política bajo las siglas de Morena. Ella se define como una técnica y no una política, que defiende las causas sociales sólo si se justifican técnicamente. Baste decir, que quería borrar –vamos, no incluir– a los billeteros de la Lotería Nacional, todos de la tercera edad, cuando en marzo del año pasado presentaron los de Morena la iniciativa en diputados para abrogar la Ley Orgánica de esta institución. Por suerte, Mario Delgado entendió que era una injusticia y la frenó.
Además, déjeme platicarles que nuestro personaje de la semana pareciera que quiso hacerle el caldo gordo a sus amigos René Bejarano y a su compañera de bancada, Dolores Padierna, en lo que pareciera una venganza orquestada por esta pareja en contra de Rosario Robles y buscó armarle un juicio político. Con decirles que había antes del de Rosario, 129 expedientes. Y que, en la sesión extraordinaria de las comisiones unidas de Gobernación y Justicia (Subcomisión de Examen Previo), en la que se le dio visto bueno al inicio del proceso hubo una coincidencia: ¿por qué sólo Rosario? Lorena Villavicencio (Morena) dijo que, en primera, los legisladores tuvieron poco tiempo para analizar el expediente y, en segunda, preguntó por qué se inicia este proceso contra una persona que ya está en la cárcel y tiene una inhabilitación por 10 años en la administración pública.
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También pareciera ser parte de un clan de poder que hoy ha tomado las riendas de nuestra CDMX, sobre todo en materia de política interna en nuestro país. Se trata del clan conformado por el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta; autor de la famosa Ley Bonilla; el abogado Sergio Ramírez, a quien días atrás señalamos como el nuevo Juan Collado de nuestro país; el senador Martí Batres; el diputado federal Sergio Mayer, a quienes algunos presidentes municipales han señalado de ser socio, nada más y nada menos, que del propio René Bejarano para colocar luminarias públicas.
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