Pero hoy que está en el poder, parece olvidarlo. Los problemas de fondo no sólo no se están resolviendo, pueden profundizarse ante muchas de las acciones gubernamentales. Hoy, el principal riesgo del presidente es su constante apuesta por la polarización, por la división.
Hoy el presidente tiene la obligación moral de cambiar esa realidad desde su trinchera. Es momento de un verdadero llamado por la unidad, de terminar con la confrontación, de trabajar por México. De ser un verdadero Estadista capaz de liderar al país hacia un mejor estadio.
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Presidente, que lo pasa hoy en toda la región sirva para sensibilizarlo. Puede que usted aún tenga un poco más de tiempo para aprovechar su bono social. Pero no será eterno. Es momento de demostrar que es distinto, que tiene la capacidad, y la intención, de mejorar a México.
Y como sociedad, aprendamos la lección. Nos dormimos pensando que la democracia era el fin último, y que a partir de allí sólo le correspondía a los gobernantes resolver nuestros problemas estructurales, nunca a nosotros.
Los tiempos actuales deben ser un llamado urgente a todos, gobiernos y sociedades, a dejar la intolerancia y la división, y trabajar juntos por un mejor futuro para todos".
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