“Hay que pensar antes de abrir las piernas y dejarte embarazar”, “hay que atender a la primera piruja, a la segunda piruja, y a la tercer, la cuarta y hasta la quinta…”, “la mujer muchas veces provoca y, entonces, después no se aguanta”.
Estas son frases dichas por funcionarios públicos de la actual administración, quienes además han hecho afirmaciones como: “Tenían actividades no muy propias de una dama” (al referirse a mujeres víctimas de feminicidios) y “no existe justificación jurídica para tipificar el delito de feminicidio, pues se tendría que crear también el término de varonicidio u hombricidio”.
Vivimos en un México machista y misógino, cuyas características se replican en el sistema de justicia y en un Estado cómplice del patriarcado.