Es, quizá, la noticia más relevante en la relación bilateral en los últimos meses. La confirmó Jorge Nava, el fiscal para la zona norte de Chihuahua: nueve de cada diez armas usadas en la ola de homicidios en Ciudad Juárez han sido obtenidas recientemente en Estados Unidos. “La mayoría no tiene ni 90 días de haber sido adquirida en tiendas de deportes y en los comercios o negocios cercanos a la frontera en Texas y Nuevo México", declaró Nava.
Sin esas armas es imposible explicar el número abrumador de homicidios cometidos en la gran ciudad fronteriza de Chihuahua. Una vez más queda claro: la injustificable laxitud de las leyes estadounidenses en cuanto a la compra y tenencia de armas está alimentando la violencia en México y matando, con eficiencia aterradora, a miles de mexicanos.