Unidad Águila: los ojos de la SSC para vigilar la Ciudad de México desde el aire

Esta Unidad ha participado en más 3,000 operaciones con más de 80% de efectividad, desde que fue puesta en operación en noviembre de 2022.

De acuerdo con las autoridades, la incorporación de esta tecnología ha permitido a las autoridades ingresar a territorios o colonias conflictivas desde el aire, eliminando así, el riesgo para las vidas de los agentes investigadores de la corporación en operaciones encubiertas.

“El mayor éxito que tiene la Unidad Águila, es que se ha vuelto una herramienta muy importante para toda las áreas de investigación, hay ocasiones que no se detecta algo que dentro de la investigación es relevante, pero los drones sí lo detectan desde el aire”, explica en entrevista, uno de los coordinadores del área de inteligencia de la policía capitalina, cuya identidad es resguardada por motivos de seguridad.

Inteligencia desde el aire

Estos aparatos multirrotores no son comunes, cada dron de la Unidad Águila pesa aproximadamente 10 kilos, no sólo por las amplias dimensiones de las hélices y la batería, sino por su equipamiento con sistema de detección infrarroja, GPS, cámara de alta resolución, así como torreta y bocina para emitir una sirena de alerta de la policía.

Los drones pueden alcanzar una velocidad máxima de ascenso de hasta 6 metros por segundo, desplazamientos de hasta 23 metros por segundo y hacer vigilancia desde más de 100 metros de altura. También pueden ser operados a casi 5 kilómetros de distancia y con una autonomía de hasta 55 minutos, lo que los hace ideales para operativos en zonas de difícil acceso.

Para que toda esta tecnología pueda ser aprovechada al máximo, se requiere de personal especializado. Los operadores de estos dispositivos son egresados de la Universidad de la Policía, con capacitación y especialización en navegación aérea, radiocomunicaciones, explotación de imágenes para inteligencia y en conocimiento de las Normas Oficiales para la manipulación de unidades no tripuladas.

De acuerdo con el coordinador del área entrevistado por Expansión Política, el proceso de formación de los operadores de la Unidad dura aproximadamente cuatro meses, dependiendo de las habilidades de la persona.

“La capacitación se realiza con el apoyo del agrupamiento Cóndores (helicópteros) para la navegación aérea y las comunicaciones y parte de la capacitación, tiene que ver con reacciones inmediatas ante distintas situaciones” apuntó.

Mujeres al control

Para los operadores de estos drones, sujetar con sus manos un control remoto con pantalla de alta definición y un peso de aproximadamente 2 kilos y medio, es una tarea compleja y llena de responsabilidad.

Estos dispositivos se convierten en los ojos de los agentes investigadores, proporcionando datos necesarios para ejecutar detenciones o localizar objetivos. La precisión y la atención al detalle son cruciales en cada operación, ya que el éxito de una misión puede depender de la información visual captada desde el aire.

La Unidad Águila también destaca por la promoción de mujeres policía para operar las unidades, algunas de las cuales incluso, han encabezado células investigadoras a cargo de importantes operativos con resultados exitosos.

“Es una satisfacción muy grande, ya que estamos contribuyendo a la sociedad, estamos haciendo un trabajo de gran importancia pero a veces no lo dimensionamos hasta que se logra el cumplimiento de una misión con buenos resultados”, dice un operadora de la Unidad Águila.

Algunos de los casos en que la Unidad Águila ha participado con éxito son la captura de varios integrantes del grupo criminal que se dedicaba a la extorsión y secuestros, liderado por Lenin Canchola que operaba en la alcaldía Álvaro Obregón y Cuajimalpa, así como
para la localización de inmuebles desde donde operaban los call-centers de los llamados "Montadeudas", que enganchaban a la gente con préstamos fáciles pero impagables a cambios del acceso a sus contactos de celular y redes sociales para exhibirlos si dejaban de pagar.

En julio de 2023 ayudaron a la detención de Xavier Sadrac, presunto operador y cabecilla de la banda que robó la joyería Berger, en plaza Antara y el decomiso de 215 kilos de cocaína en una bodega en la alcaldía Xochimilco.

Para las operadoras, elevar y trasladar los drones no es tarea fácil, ya que se requiere buscar y dar seguimiento a objetivos y coordinar la operación con las unidades en tierra.

“Cuando sales a trabajar a la calle, siempre te encuentras en condiciones muy diferentes; clima, gente, depende también de las situaciones que vamos a investigar, encontrar las direcciones de los puntos cardinales tiene su complicación porque no es lo mismo visualizar y ubicar cosa desde el aire”, expresa otra de los operadoras.

Tecnología al servicio de la seguridad

Para Adrián Peña, integrante del comité de seguridad operacional de drones de la Agencia Federal de Aviación Civil, el uso de esta tecnología para la seguridad no es nuevo, pues desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, Rusia y Alemania utilizaron unidades no tripuladas para labores de inteligencia.

Sin embargo, la tecnología empleada por la Policía capitalina y algunas corporaciones federales, busca atacar directamente a objetivos de seguridad, sin poner en riesgo a los uniformados, en temas como combate a grupos del crimen organizado.

Por ello, el experto advirtió que es muy importante que a los operadores de los drones de seguridad se les mantenga bien cuidados y resguardada su identidad, pues pueden ser blanco de los grupos de la delincuencia.

“El escuadrón de droneros de algunos cárteles del crimen organizado, tiene gente muy especializada e incluso puede llegar a secuestrar a los operadores para que les enseñen a construir y operar los aparatos para fines contrarios a la seguridad”, apuntó Peña.

En zonas de los estados de Michoacán y Guerrero hay comunidades enteras desplazadas por los grupos del crimen que utilizan drones para apropiarse se territorios.

Van por regulación

Javier Ramos, diputado de la CDMX por el Partido Verde, presentó una iniciativa en marzo de 2024 para reformar la ley que regula el uso de tecnología para la seguridad pública en materia de drones, cámaras de reconocimiento facial e inteligencia artificial.

En entrevista, el legislador resaltó que si bien existen innovaciones tecnológicas adoptadas por la policía capitalina, lo que busca su propuesta es no sólo dotar de herramientas y recursos a la autoridad, sino que a su vez, se protejan los derechos humanos de los ciudadanos.

La iniciativa señala que la autoridad no solo debe contar con drones, sino también con protocolos claros y transparentes para el almacenamiento de la información recopilada a través de las cámaras de seguridad desde el aire, garantizando la privacidad y la protección de derechos fundamentales de los capitalinos.

“Se trata de que estas tecnologías ayuden, es muy importante es que vaya de la mano con el respeto a los derechos humanos porque es una cuestión que ha preocupado a los ciudadanos”, apunta en entrevista.

Por su parte, el experto Adrián Peña resaltó que toda persona que manipule un dron, así sea autoridad, están sujetos a la Ley Federal de Aviación Civil.

“Los policías pueden decir, es que yo soy autoridad y puedo hacer lo que quiera, sin embargo no es así. Cualquier policía o autoridad que utiliza drones, su barrera más delicada e importante es la normatividad para convivir con los civiles. La aviación general y la aviación civil son la madre de los drones", apunta.

La iniciativa del diputado Ramos se encuentra presentada ante el Congreso de la Ciudad de México, pero no ha sido aprobada en comisiones de la legislatura que termina el próximo 30 de agosto.