El arco entre la avenida Juárez y la calle de Dolores, en la Ciudad de México, marca el inicio: Es una paifang, es decir, una construcción tradicional de color rojo, rodeada de muros y puestos ambulantes que anuncian el inicio del Barrio Chino, en la lengua materna.
El Barrio Chino no tan chino y la CDMX made in China
Al traspasar la puerta, el escenario mantiene continuidad de la av. Juárez. Puestos y mesas donde se encuentran grandes ofertas: termos, perfumes, juguetes tipo Lego, sombrillas, gorras, lentes de sol, figuras de colección a 100 o 25 pesos, según el producto. La única diferencia son los faros rojos que cuelgan y adornan la calle.
Algunas fachadas que tratan de asemejar la arquitectura asiática tienen sus letreros de 7-Eleven, Rebel Wings, mientras que en La Casa de Toño, Cielito Querido Café y el Office Depot se ven entrar y salir personas.
Al atravesar la calle está la segunda bienvenida y posiblemente la “definitiva”. En la esquina entre Dolores y av. Independencia están dos Leones de Fu que protegen el pequeño barrio que tiene origen en 1930. Ahora lucen pintados.
La entrada es estrecha, por las mesas y pequeños y grandes puestos que se extienden sobre la calle y los compradores. Faltan unas horas para los festejos del Año Nuevo Chino y el barrio sigue su rutina usual. En fin, es martes.
Panes al vapor uno a 20, tres por 50, Hong Kong waffle a 100, y galletas de la suerte a 10. La comida abunda en la calle. Buffet chino a 350 el adulto, y 150 para niños. El ramen, ramyeon, y refrescos coreanos ya tienen sus propios estantes. Aquí se aprecia la frase popular “chino japonés”.
Pero todos los vendedores son latinos. En la calle y los locales. Casi nadie es de ascendencia china, pero están tras bambalinas. Li, un joven que trabaja en una tienda de regalos desde hace cuatro años, dice que el dueño sí es chino, pero que no vive en México.
Al llegar a la calle Artículo 123, la decoración china desaparece. Sin embargo, su influencia, y la de los productos importados del país asíatico se extienden por el resto de calles del Centro Histórico.
Av. Juárez, Eje Central y Av. Hidalgo llevan el ejemplo, pero los locales en otras calles como República de Uruguay, Isabel la Católica, República del Salvador continúan con los locales con productos importados. La Ciudad de México está hecha en China.
Medias térmicas unitalla, dispensadores de agua automáticos, más ropa, llaveros, juguetes y ternurines, maquillaje y fundas para teléfono. Hay de todo.
Pero para encontrar de todo, están las tiendas en Izazaga. O las que quedan abiertas. La plaza Izazaga 89 sigue cerrada desde que la Secretaría de Marina y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial realizaron un operativo contra la venta de mercancía irregular a finales de noviembre de 2024.
Durante el " Operativo Limpieza " en el edificio Izazaga 89, se decomisaron 262,334 artículos provenientes de Bangladesh, China, Malasia, Vietnam e Indonesia, con un valor estimado de 7.5 millones de pesos, por no acreditar el origen legal para poder comercializarse en México.
La plaza en el 99 se ve solitaria, por el cierre de las tiendas y de la jornada. En el piso 9 trabaja Carmen, una inmigrante china que atiende un local. Tiene más de seis años viviendo en México, envuelta de la comunidad china y el español sigue siendo una barrera de comunicación.
Apoyándose del traductor, explica que ha trabajado en tiendas de comida china, bisutería y joyería, y ahora en Izazaga. Aunque no se siente muy segura en México, aquí es donde quiere vivir. Aquí la gente tiene “buen corazón”, y casi no ha pasado por discriminación. Sus compañeros, que preparan el cierre de la tienda, le ayudan a comprender las frases que no entiende.
Carmen celebrará el año nuevo chino a partir de este 29 de enero con su “paisano”, con comida tradicional, y viajará a China el próximo mes, como cada año para continuar la celebración.