Desde fin del sexenio pasado y lo que va de este, el programa ha brindado protección temporal en Barcelona a periodistas de Guerreo, Tamaulipas, Sinaloa, Chihuahua, las entidades con mayor número de agresiones a comunicadores en México, detalla Arturo Landeros, de la asociación Taula per Mèxic, que da apoyo técnico al programa.
Todo inició con una visita a México en 2016, en que apreciaron los niveles de agresión a la prensa en el país sin que hubiera actuación para proteger a los periodistas amenazados.
Así como en 1939 el barco "Sinaia" llegó a Veracruz lleno de exiliados de la Guerra Civil española para ser acogidos en México, Llistar señala que ahora buscan ayudar a los mexicanos.
"Nosotros de algún modo queríamos lanzar nuestro pequeño barco, en dirección contraria, en un momento en que los periodistas de México están siendo acosados y asesinados para darles refugio temporal", indica.
En entrevista —que se da en el marco del foro “Periodismo y Construcción de Paz en México: proteger a periodistas, garantizar la libertad de prensa” que se lleva a acabo esta semana en México— Llistar y Landeros hablan de la necesidad de atención a los periodistas , que apuntam, hacen coberturas "como si fueran corresponsales de guerra".
"Hemos notado altos niveles de estrés postraumático, pues el trabajo que realizan 'es como si fueran corresponsales de guerra' ya que viven en un ambiente de violencia constante como la que se vive en Tamaulipas o Guerrero".
Por ello, hablan de que cuando los periodistas llegan a Barcelona entran a los que podría llamarse un proceso de “curación y de recuperación", una suerte de estancia de respiro.
"Los periodistas llegan a recuperarse, "tienen que ir curándose. Hablamos de seis meses de respiro y de un trabajo con psicólogas del programa que les ayudan a ir sanando", señala Landeros.