Sin beneficios a las mujeres en prisión
Para Betty Maldonado, de la organización Mujeres Unidas por la Libertad, conidera que la eliminación del IVA a productos de gestión menstrual no beneficiará a las mujeres privadas de la libertad, porque de entrada, ni ellas ni sus familiares tienen las posibilidades de comprarlos.
Maldonado, quien salió de prisión hace cinco años, narra que durante su estancia en el penal de Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México, las internas debían improvisar toallas sanitarias con calcetines y playeras, incluso sacar la esponja de su colchón para hacer frente a su periodo menstrual.
La activista indica que hasta el 60% de las mujeres privadas de la libertad no reciben visitas de familiares que les puedan llevar productor de higiene menstrual, y cuando acuden con las autoridades penitenciarias la respuesta es la misma: no hay toallas ni jabón. Y las toallas de tela o copas menstruales tampoco son opción para ellas.
"El agua es terrible, ni siquiera es potable, es agua tratada, y las mujeres que no tienen visitas y no pueden pagar un litro de agua en la tienda tendrían que usar esa agua amarillenta y con bichos para las toallas lavables o las copas de plástico", expresa Maldonado, por ello señala la necesidad de que haya una partida presupuestal para garantizar en las prisiones el acceso a productos de gestión menstrual.
Situaciones como la que describe Maldonado, llevaron a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a emitir una recomendación los gobernadores de todo el país, así como a la Comisión de Prevención y Readaptación Social y a la Secretaría de la Defensa Nacional, para que todas las prisiones, civiles y militares, se garantice a las mujeres el acceso a los productos de gestión menstrual y que se destine un presupuesto específico para dotar de forma gratuita de toallas, tampones y copas.
"En los centros penitenciarios del país que albergan mujeres, de manera generalizada hay restricción y dificultad para el acceso a las toallas femeninas, y en la mayoría no se garantiza el acceso y el abasto suficiente, aunado a que las autoridades penitenciarias de diferentes estados reconocen que no existe una partida presupuestal para adquirir los enseres menstruales, por lo que para la mayoría se distribuye lo que se recibe en donaciones y/o son los familiares quienes tienen que obtenerlas", señala la CNDH en su recomendación.
Maldonado narra que su organización junto con otras fundaciones, lograron llevar a Santa Martha una dotación de 8,000 toallas femeninas y 26,000 rollos de papel durante la pandemia.