Un fuerte dolor en el pecho y una fiebre insoportable llevaron al oficial de la policía peruana Edder Meca a buscar ayuda médica en el Hospital Central de la Policía. Había pasado intensas jornadas en operativos de control a los ciudadanos en Lima, en la comisaría La Victoria, donde estaba asignado. Confiado en los elementos de bioseguridad entregados como dotación, orientaba a los ciudadanos para que mantuvieran las normas de aislamiento al comienzo de la pandemia. A las pocas horas, murió.
Como Edder, 15,000 agentes se contagiaron de COVID-19 y fallecieron 223, en Perú. Una de las posibles causas fue la exposición al usar mascarillas que no eran aptas, debido a una millonaria compra bajo investigación por irregularidades que involucra al ministro del Interior de ese país. Es uno de los retratos que la pandemia ha dejado en América Latina: el abuso político y la corrupción con los recursos públicos, como señala un informe de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL).