Reveses de la Corte motivaron "revancha" de AMLO contra el Poder Judicial
Aunque el presidente aseguraba que no intervendría en el Poder Judicial, el freno de la Suprema Corte a leyes clave para su proyecto, propició que enviará su propuesta de reforma para éste.
Dos años después de prometer que no habría "injerencismos" y que apostaba por el "equilibrio de poderes", el presidente Andrés Manuel López Obrador cambió de opinión. A meses de dejar la Presidencia, impulsó la reforma al Poder Judicial que dejaba atrás la frase que pronunció en agosto de 2021.
"Yo no voy a proponer ningún cambio a la Constitución como lo hizo (Ernesto) Zedillo, no, porque quiero que haya división y equilibrio de poderes”, había asegurado; sin embargo una serie de decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre las reformas consideradas clave para el proyecto de transformación de López Obrador provocó un viraje.
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Expertos en Derecho consultados por Expansión Política coinciden que la iniciativa contra el Poder Judicial es una "revancha" por el freno a reformas clave como la Energética, la Electoral y el paso de la Guardia Nacional a la Defensa Nacional, así como de la intención de concentrar aún más poder, pues hoy ya dominan el Ejecutivo y el Legislativo.
“Es posible que estemos en presencia de un revanchismo. Con los reveses que sufrió el presidente por parte de la Corte, puede que alguien le haya comentado, ‘si no puedes con el enemigo, no te vas a unir a él, sino lo vas a hacer tuyo’. Y el enemigo, él lo identificó como el Poder Judicial de la Federación con estos reveses”, explica Mario Alberto Alejo Pedraza, catedrático de la Universidad Intercontinental (UIC) y de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Si bien desde el arranque de su Gobierno, López Obrador fue crítico con el Poder Judicial, aseguraba que la transformación del Poder Judicial debía venir desde lo interno, es decir de sus propios integrantes. A esta idea contribuía que Arturo Zaldívar ocupara la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin embargo no se logró extender su mandato .
Desde entonces se incrementaron los señalamientos de "nepotismo", "corrupción", "supremo poder conservador", "privilegios", "autoritario" contra jueces, magistrados y ministros, sobre todo contra la presidenta de la Corte Norma Piña.
Para Bernardino Esparza Martínez, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, la intención del presidente López Obrador no pretende limpiar de corrupción al Poder Judicial, sino capturarlo y así ampliar la concentración de poder.
"Es parte de un proyecto político cambiar toda la estructura... Con el Poder Legislativo no tienen problema, tiene mayoría, con el Ejecutivo tampoco porque hay mayoría, pero el Judicial sí, y con esta propuesta de elegir jueces, magistrados y ministros, pues con eso, ya tendrían un control absoluto", destaca.
Cuando el Tribunal corrige la página del Poder Legislativo, ahí es donde está el punto de lanza de la propuesta para la reforma judicial".
Bernardino Espaza, catedrático de La Salle.
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Los reveses que provocaron la revancha
Al impedimento para que Zaldívar se mantuviera como presidente de la Corte y continuara con la "limpia" en el Poder Judicial, se sumaron tres reveses de la Suprema Corte que causaron la molestia del presidente: a la Ley de la Industria Eléctrica, la reforma político-electoral y el traspaso de la Guardia Nacional a la Sedena.
La Ley de la Industria Eléctrica fue declarada inconstitucional al considerar que favorecía a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y violaba los derechos de competencia en perjuicio de particulares; la reforma político-electoral fue invalidada por violaciones graves al proceso legislativo, mientras que el traspaso fue considerado inconstitucional porque se trata de una institución de carácter civil.
Cuando la Corte invalidó la reforma electoral, el presidente mostró su molestia porque el Poder Judicial “enmendara la plana” a dos poderes que fueron electos por el pueblo.
Por eso, sentenció: “Voy a enviar tres reformas constitucionales: La del Poder Judicial, para que el pueblo elija a los ministros, como lo establecía la Constitución Liberal de 1857, en la época del presidente (Benito) Juárez, que los ministros los elegía el pueblo”.
Aunque se le planteó que esa reforma ya la había descartado, aclaró: “Sí, pero ya me di cuenta de que hace falta. Es lo mismo que la elección de los consejeros del INE, magistrados del tribunal, que los elige el pueblo”.
López Obrador puso fecha. Sería en septiembre 2024 cuando enviaría su reforma; sin embargo, después corrigió y decidió que lo haría en febrero de 2024, siete meses antes de que concluyera su sexenio, lo que le daría oportunidad para pedir voto "parejo" para ganar la Presidencia y mayoría en el Congreso, lo que le permitiera hacer cualquier cambio constitucional.
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Sin impacto real para la justicia
Otro de los argumentos del presidente Andrés Manuel López Obrador para impulsar la reforma al Poder Judicial es que hoy no hay justicia pronta y expedita. Jueces, magistrados y ministros, defienden, dice, intereses de grupos de élite y dejan en libertad a presuntos delincuentes.
Sin embargo, expertos consideran que la reforma no resolverá de fondo los problemas de impartición de justicia que presenta el Poder Judicial.
"El camino no es la elección popular. El Poder Judicial requiere capacidad técnica, requiere experiencia, requiere una carrera que se va construyendo al cabo de los años y que nos lleva a tener jueces, ministros y magistrados de la mayor calidad. Ese es el camino", explica Miguel Manrique, licenciado en Derecho y maestro en Políticas Anticorrupción por el Inacipe.
Lo que sí puede suceder con la elección de jueces, magistrados y ministros por voto, es un letargo en el Poder Judicial por dos motivos: el trabajo acumulado que habrá por suspensión de labores y por el proceso de implementación de reforma y por la curva de aprendizaje que tendrán los nuevos integrantes del Poder Judicial, pues la experiencia ya no será un requisito para ocupar un cargo.