“Hay algunos autores que le llaman el autoritarismo competitivo, el populismo democrático, autocracia, hay distintas denominaciones que tratan de dar cuenta del fenómeno de cómo se busca colonializar a los otros poderes y a los organismos constitucionales autónomos desde la Presidencia de la República”, explica Sergio Salgado Román, profesor de la Universidad Intercontinental.
El artículo 49 de la Constitución establece que “el Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”, sin embargo, expertos consideran que el presidente, al igual que otros, intentó extender su poder hacia el Poder Judicial, pero al no lograrlo, optó primero por criticarlo, luego por exhibirlo, y ahora busca restarle recursos y por qué no, transformarlo mediante la elección de sus integrantes por la vía del voto ciudadano.
“Cada uno de ellos tiene su monopolio de actividades y ese monopolio de actividades implica, un respeto hacia las funciones que desarrolla cada quien. Cuando se trata de señalar un poder al otro o de sancionar, se hace a través de las instituciones legales, concretamente procedimientos, pero no bajo un espectro o un panorama politizado y ocupando el pódium del Ejecutivo, como lo ha venido haciendo en estos cinco años”, sostiene José Perdomo Galicia especialista en Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle.
El enojo del presidente
En el arranque de su gobierno, el presidente López Obrador se comprometió a que el Ejecutivo dejaría de ser el poder de los poderes y que habría respeto hacia el Legislativo y Judicial. Se trata del compromiso 92 que hizo la tarde del 1 de diciembre en el Zócalo de la Ciudad de México, y que ya da por “cumplido” debido a que López Obrador “ha manifestado públicamente su respeto a la autonomía de los otros poderes y ha actuado en consecuencia”.
Sin embargo, desde hace 58 meses, el presidente mantiene una confrontación con el Poder Judicial, a cuyos integrantes ha tachado de “corruptos”, “conservadores”, “hipócritas”, de sostener “convivencias inconfesables” y de derroche de recursos.
La molestia del presidente no solo es por el actuar de los ministros, magistrados o jueces al aplicar la justicia, sino porque no logró tener el control del Poder Judicial vía los cuatro nombramientos que ha realizado en su gobierno: Juan Luis González, Yasmin Esquivel, Margarita Ríos y Loretta Ortiz Ahlf.