Defensa del INE y rechazo a "Plan B" moviliza a ciudadanos y agrupa a oposición
La movilización de ciudadanos y de políticos de oposición han incomodado al presidente porque de ahí podría surgir un movimiento alternativo rumbo a 2024.
La defensa al Instituto Nacional Electoral (INE) y el rechazo al “Plan B” de la reforma electoral han logrado lo que ningún partido político: movilizar a cientos de miles de ciudadanos y unificar al bloque opositor.
En dos domingos, uno el 13 de noviembre de 2022 y otro este 26 de febrero, los ciudadanos han tomado las calles para protestar contra cambios legales al marco electoral y a defender la democracia.
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Las movilizaciones han tenido como propósito rechazar los cambios propuestos por el presidente de la República, pero sobre todo han incomodado al mandatario federal, quien ha minimizado el movimiento de rechazo y aprovechado para criticar a los convocantes y personas relacionadas con la defensa del INE.
Previo a las concentraciones y después de ellas, el presidente ha asegurado que no se trata de una defensa legítima de la democracia.
“Son racistas, en su mayoría; clasistas y muy hipócritas. Que lo sepan, pues, que se sepa bien. Y que tampoco son demócratas; son los que han participado en los fraudes electorales y quisieran seguir teniendo ellos el control de los organismos electorales para seguir haciendo fraudes”, dijo el 10 de noviembre de 2022.
Días antes a que se realizara la movilización de este domingo 26, el presidente afirmó que esta marcha ha permitido acabar con la simulación.
“Había mucha simulación, imagínense la gran simulación que significó la elección del 2000: pierde el PRI, entra el PAN, y cuántos pensando de que iban a cambiar las cosas. Pues fue gatopardismo, eso que consiste en que las cosas en apariencia cambian para seguir igual, al grado que el domingo ahí están agarrados de la mano Fox con Alejandro Moreno, Miguel Ángel Chong, Claudia Ruiz Massieu, Woldenberg, Aguilar Camín, Krauze, Marko Cortés, Loret de Mola, etcétera, etcétera, ahí todos agarraditos de la mano. Agárrense de las manos”, dijo el 23 de febrero.
Lo cierto es que esta es la causa que ha movilizado a ciudadanos de todo el país. En la primera según los organizadores se logró juntar a más de 200,000 personas, mientras que en la segunda a más de 500,000.
Las cifras oficiales han diferido. El presidente de la República dijo que en la primera concentración fueron entre 50,000 y 60,00, mientras que en la segunda entre 80,000 y 100,000.
Pese a estas cifras, el presidente considera que a los organizaciones y al bloque conservador les falta para lograr un cambio.
“Tienen que mover más gente todavía, tienen que ir incrementando su capacidad de movilización porque tienen potencial. No dejen de participar, de movilizarse, aunque esto exige de muchas fatigas llenar el Zócalo. Nosotros para poder lograr el cambio lo llenamos 60 veces, que no solo lo llenamos, lo desbordamos”, dijo el presidente de la República.
E incluso presumió que en la movilización del 18 de marzo con motivo de la conmemoración de la expropiación petrolera, habrá más ciudadanos que los que ayer se juntaron en el Zócalo capitalino.
"Nada más observen lo que va a pasar el 18 de marzo: por eso les diría yo: ánimo, ahí la llevan, y adelante", aconsejó.
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Oposición ante el reto de proponer
Para Efrén Arellano, politólogo y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), después de la fuerza que han mostrado estas movilizaciones, el reto es que la oposición construya y ya no solo muestre rechazo a una política del presidente.
“Esta marcha es una ‘oposición a’; entonces ellos tienen que en construir algo en sentido positivo, eso es el gran reto. Estamos en tiempo, pero tienen que plantearse ¿cómo pasar de oponerse a y pasar a construir algo a favor de?”, sostiene.
El experto considera que la reforma electoral ha sido un tema fundamental para que la oposición pueda reagruparse, pues durante prácticamente cuatro años no pudo.
“El tema de la reforma electoral es una primera batalla importante en este camino. El presidente tiene razón al estar molesto con esta marca si lo ve como un camino para construir un movimiento al alternativo al que él encabeza. Esta marcha es un primer paso para construir una candidatura o un proyecto alternativo al del gobierno del presidente”, agrega.
Como si se tratara de respuesta a esas movilizaciones, ahora el presidente alista su primera concentración del año: 18 de marzo en el Zócalo capitalino.