Al tomar la palabra, Pablo Monroy manifestó que desde que se declaró la destitución de Pedro Castillo como presidente de Perú, el gobierno de México le encomendó tres tareas: atención a los mexicanos en ese país, conceder asilo político y estar al pendiente de la situación política de esa nación.
“Logramos estos objetivos con la firme convicción y apostando siempre a la diplomacia y al diálogo como herramientas, como medios para manifestar las preocupaciones que tememos, manifestarlas de manera respetuosa y sin intervenir en los asuntos internos, pero no dejar de manifestar preocupaciones legítimas que se tienen sobre una situación política como la que sucede en Perú, y tratar de resolver aquellas diferencias que pueda haber, y eso es algo que siempre ha hecho en la Embajada de México en el Perú, y por supuesto la Cancillería, el Gobierno de México”, comentó.
En los últimos 16 días, dijo, se contabilizaron a 500 mexicanos en Perú, de los que 90% ya pudieron regresar a México. En cuanto al asilo, desde el 8 de diciembre se otorgó protección a la familia de Castillo.
El diplomático explicó que permanece la preocupación sobre la crisis política en Perú, y dijo que están atentos a que se respeten lo de derechos humanos en ese país.
“También hay, por supuesto, una preocupación legítima que compartimos muchos países sobre todos los procesos judiciales o de procuración de justicia y judiciales que se siguen en el Perú, pues se respete el debido proceso, se respeten todos los derechos procesales de las personas acusadas, de las personas imputadas, en particular por supuesto del presidente Castillo, así que son todas estas situaciones a las que les hemos dado seguimiento”, destacó.