“La extrañeza que han generado en el Perú las expresiones del presidente Andrés Manuel López Obrador y del canciller Marcelo Ebrard, con respecto a los procesos políticos en el país”, fue trasmitida directamente al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy.
“Se señaló al embajador Monroy la necesidad de que los estados se ciñan a las normas contenidas en los tratados internacionales vigentes sobre la materia y cumplan con todos los requisitos que los mismos establecen”, agrega la cancillería.
“El Gobierno del Perú desea reiterar su más amplia voluntad para continuar profundizando, en el marco del respeto mutuo y de las normas de derecho internacional, las tradicionales relaciones de amistad, cooperación y voluntad de integración que unen a los pueblos del Perú y México, las que cumplirán doscientos años en enero de 2023, especialmente en aquellos ámbitos que inciden en el desarrollo social”, concluye.
Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que antes de su detención, Pedro Castillo, presidente de Perú destituido, le llamó por teléfono para solicitarle asilo en la embajada de México, petición que aceptó, aunque ya no se concretó.
“Habló aquí a la oficina para que me avisaran de que iba hacia la embajada, pero seguramente ya tenían intervenido su teléfono, que iba a solicitar el asilo, que si le abrían la puerta de la embajada. Busqué a Marcelo Ebrard, le informé y le dije que se hablara con el embajador y que se abriera la puerta a la embajada como apego a nuestra tradición de asilo, pero al poco tiempo tomaron la embajada con policías y también con ciudadanos, rodearon la embajada y él ya creo que ni siquiera pudo salir, ya lo detuvieron de inmediato”, explicó el presidente.
Antes, el mandatario mexicano acusó a los intereses de las élites en Perú por la destitución de Castillo.