A nivel internacional, las reacciones llegaron. El gobierno de Estados Unidos se refirió a Pedro Castillo como expresidente.
"Entendemos que muchos representantes y miembros del gobierno de Castillo han renunciado. Entendemos que el Congreso desde entonces ha tomado acciones para destituir a Pedro Castillo… Mi opinión es que, dadas las acciones del Congreso, ahora es expresidente", afirmó el portavoz del Departamento de Estado (cancillería), Ned Price.
España condenó la ruptura del orden constitucional en Perú. "España siempre estará del lado de la democracia y la defensa de la legalidad constitucional", informó el ministerio de Relaciones Exteriores.
El gobierno de Brasil también condenó las medidas que había anunciado Pedro Castillo sobre disolver el Congreso.
“Las medidas adoptadas hoy por Castillo representaban una violación a la vigencia de la democracia y del Estado de Derecho”. Además desearon éxito a la presidenta Dina Boluarte en su misión como jefa de Estado peruano.
En su conferencia de prensa de este jueves, el presidente dijo que sus adversarios no aceptaron a Pedro castillo por lo que siempre lo acosaron.
“Lamentamos mucho lo que sucedió porque desde que ganó legal y legítimamente Pedro Castillo fue víctima de acoso, de confrontación. No aceptaron sus adversarios, sobre todo las élites económicas, políticas de ese país, que él gobernará, entre otras cosas y eso es lo que más lamento porque lo consideraban serrano”, afirmó.
¿Y Argentina?
Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador también se pronunció en contra de la sanción que se le dictó a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández.
En su conferencia de prensa, el mandatario federal consideró como “una venganza política” porque no quieren que aspire a una candidatura.
“Es es una venganza política en contra de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández. Y también es un acto antidemocrático, porque no quieren que participe en el proceso electoral, la están inhabilitando para que pueda ser candidata. Entonces, sin duda, es un asunto político y parecido a lo de Lula, en Brasil”, dijo el miércoles.