Esta dependencia, antes llamada Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), fue renonmbrada en la actual administración bajo la encomienda de transformar los recursos decomisados a la delincuencia organizada y por corrupción en dinero para la política social del presidente López Obrador.
En sus poco más de nueve meses de vida, el Indep ha tenido tres directores, Ricardo Rodríguez Vargas, Jaime Cárdenas Gracia y Ernesto Prieto. El segundo fue quien hizo públicos los malos manejos al interior.
En junio pasado, el doctor en Derecho asumió como un reto el cargo que le confirió el presidente Andrés Manuel López Obrador luego de acompañarlo y apoyarlo en su movimiento por más de una década.
“La idea es acelerar los procesos para que el Estado mexicano cuente con recursos que pueda emplear con política social, para beneficio de las comunidades más pobres, más abandonadas del país”, comentó en una entrevista con este medio días antes de tomar posesión.
Sin embargo, tres meses después, Cárdenas decidió renunciar a causa de la corrupción que encontró dentro del instituto que es clave para la política social del presidente.
Solo unos días le bastaron en esa institución para percatarse de las múltiples irregularidades que efectuaban los mismos empleados y contratistas.
En una dura carta, el también exdiputado federal le enumeró al presidente parte de esas irregularidades.
“Encontramos al inicio de nuestra función probables irregularidades administrativas –procedimientos de valuación que no garantizan los principios del artículo 134 constitucional (el mayor beneficio para el Estado), mutilación de joyas, contratos favorables a las empresas y no al Indep, y conductas de servidores públicos contrarias a las normas”, denunció en su misiva de cinco cuartillas .