En medio de esa cercanía, destaca que ni los secretarios Irma Eréndira Sandoval (SFP) o Arturo Herrera (SHCP), ni el titular de la Profeco, Ricardo Shieffield, o del IMSS, Zoé Robledo, tampoco el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, usaban cubrebocas la última vez que estuvieron con el Ejecutivo, previo a confirmar que tenían COVID-19.
El más reciente caso es el del encargado de las finanzas del país, quien –como plantea el proceso de vigilancia epidemiológica– tuvo que avisar a sus contactos de que estaba contagiado.
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Herrera confirmó su resultado el 25 de junio y tres días antes había estado con el mandatario federal en una reunión donde se hicieron enroques en la SHCP y el Banco de Bienestar. En esos días también estuvo en contacto con la secretaria de Economía, Graciela Márquez, quien decidió confinarse de manera voluntaria.
Al respecto, López-Gatell dijo que –como en cualquier otro caso– donde es identificable una posible cadena de contactos, se emprende un estudio de casos de contactos para reconocer las características de la persona enferma.