"En la mañanera, importa la presencia, no el mensaje": Fernando Lerdo de Tejada
El vocero de Ernesto Zedillo señala que la estrategia de comunicación de López Obrador hace que los medios estén dominados de manera muy clara por el presidente.
El esquema de comunicación que ha utilizado el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido exitoso porque está basado en dos fundamentos principales: la centralización de la comunicación en muy pocas áreas –principalmente en Palacio Nacional– y en las conferencias matutinas.
“Estos dos elementos han permitido que transmita de manera muy directa sus mensajes y logra que los medios estén dominados de manera muy clara por el presidente y por el gobierno federal”, considera Fernando Lerdo de Tejada.
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El segundo vocero del presidente Ernesto Zedillo, recuerda que al mandatario priista no le gustaba mucho el trato con la prensa, por lo que se nombró por primera vez en la historia de México,a un “vocero de la presidencia”.
“Zedillo fue un presidente que evitó la prensa muchísimo, no se sentía a gusto con estar enfrentando sus preguntas”, reconoce, Lerdo de Tejada, quien fue el segundo en ocupar este cargo y se quedaría al frente hasta al final del sexenio en el año 2000.
Actualmente, es director general de Estrategia Total, una consultora de temas políticos. Desde ahí, observa lo que pasa con la nueva forma de llevar la comunicación presiencial del gobierno de Morena.
“Los columnistas y editorialistas le dedican la mayor parte de sus comentarios, tenemos que reconocer que el esquema realmente ha dado resultados porque López Obrador ha roto paradigmas, es un presidente que se siente muy a gusto con la prensa, cosa que no pasaba desde Carlos Salinas de Gortari”, asegura.
El exfuncionario apunta que la actual relación del presidente con los medios contrasta especialmente con lo que se vio en el sexenio anterior: “Para Enrique Peña Nieto, la prensa existía como un mal que estaba ahí, pero nunca tuvo una estrategia, se descuidó completamente su comunicación con la ciudadanía y ésta terminó por no entender siquiera los logros, porque los tuvo, pero muy mal transmitidos”, considera.
Para él, otro de los grandes éxitos de López Obrador es que ha sabido concentrar sus mensajes en ideas muy definidas que a la población le interesan, como la lucha contra la corrupción, las consecuencias catastróficas del neoliberalismo y la lucha contra la pobreza.
“Podemos discutir si contesta o no las preguntas de la prensa, que si le da la vuelta a muchas preguntas o que no es directo, pero todo eso ha pasado a un segundo plano, porque ahora lo importante es su presencia y no tanto su mensaje”, describe el experto en comunicación.
Sus sugerencias:
Sería más provechosa una relación de respeto y de diálogo, más que de desdén, con la prensa y la oposición.
Que no solamente sea el presidente quien aparezca ante los medios, sino también los secretarios de Estado y otros funcionarios.