Así que es difícil que México pueda pagar en esa fecha una parte de los 1,068 millones de metros cúbicos que quedó a deber del quinquenio 2020-2025, concluido el pasado 24 de octubre.
La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció en su conferencia matutina de este martes que es difícil entregar el líquido de inmediato debido a las necesidades de agua en la frontera norte mexicana y a que el ducto del Río Bravo no tiene el tamaño necesario para entregar tal cantidad de agua.
Su apuesta es alcanzar un nuevo acuerdo con el gobierno estadounidense en la reunión que esta tarde sostienen autoridades de los dos países y así evitar la imposición de un nuevo arancel de 5%.
“Yo estoy convencida que como en otras ocasiones vamos a llegar a un acuerdo”, declaró.
El Tratado de Aguas de 1944 establece plazos de cinco años para compartir el líquido de las presas de sus fronteras. Cada quinquenio, Estados Unidos debe entregar 1,850 millones de metros cúbicos del Río Colorado. La cuota para México es de 2,158.6 millones de metros cúbicos del Río Bravo.
Las sequías de los años previos impidieron que el país alcanzara a pagar la totalidad de su cuota de agua (entregó el 51%).
El gobierno estadounidense presiona a México por este tema desde abril, al afirmar que el incumplimiento afecta a los agricultores de Texas.
Pero el gobierno de Sheinbaum se escuda con el propio convenio bilateral, que considera la posibilidad de pagar los adeudos de agua en el siguiente quinquenio, a partir de 2026.
También se discute tomar agua de otras presas, como la de El Cuchillo, que se abastece de la cuenca del Río San Juan, en Nuevo León y Tamaulipas y tiene un almacenamiento actual de 82% tras las fuertes lluvias de octubre.
Sin embargo, los gobiernos estatales aseguran que ese líquido se necesita para el riego local porque la zona fue afectada por las sequías pasadas. Además de que el agua de las presas fue ocupada casi toda para enviarla a Estados Unidos.