Carencias en salud mental
Aunque las generaciones más jóvenes también son las que hablan más de salud mental y han roto viejos estigmas sobre acudir al psicólogo o psiquiatra, esto no siempre se traduce en atención oportuna porque el acceso a salud mental en México todavía es limitado.
Arnaud, profesor de psiquiatría en el Tecnológico de Monterrey, estima que existen apenas tres psiquiatras por cada 100,000 habitantes en el país. La Ciudad de México concentra una tasa de 22 psiquiatras, y Nuevo León, de seis psiquiatras por 100,000 habitantes. Pero en varios estados del país apenas hay cinco especialistas para toda la entidad federativa.
Además, el país destina el 1.3% del presupuesto a temas de salud mental, cuando la OMS recomienda una inversión de 5%.
“Muchas personas que sí requieren, sí necesitan, no encuentran espacios en las consultas. Los servicios a nivel público están saturados. Tenemos que capacitar al primer nivel de atención, al médico general, para que empiece a identificar problemas de salud mental”, señala.
La irrupción de la IA
La Inteligencia Artificial (IA) florece en este contexto de carencias. Actualmente, varias personas usan los bots generadores de contenidos como un terapeuta, a quien piden consejos o recomendaciones.
Para varios pacientes esto resulta útil, dice el experto. Incluso, dos aplicaciones de este tipo han sido aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Sin embargo, para los pacientes más vulnerables, como aquellos con algún trastorno psicótico o con ideaciones suicidas, la IA no es una opción segura.
“No estamos todavía en el momento para que la IA identifique si lo que le dicen está en el contexto de lo psicótico o de lo irreal. Porque la inteligencia artificial siempre va a ser empática y, a veces, esa empatía puede empeorar el estado psicótico del paciente, cosa que ya pasó con este chico que se suicidó en Estados Unidos”, ejemplifica.
El especialista se refiere al caso de Adam Raine, un adolescente de 16 años que se suicidó en California al inicio de este año. Su familia descubrió muy tarde que llevaba meses hablando con la IA sobre acabar con su vida. Aunque el chat bot le recomendó compartir sus emociones con alguien más y contactar líneas de ayuda, también le compartió información sobre métodos de suicidio, por lo que sus padres demandaron a la empresa.
“Prevenir el suicidio implica hablar de salud mental sin prejuicios. El mundo digital puede ser un espacio de apoyo, pero también de desesperanza. Debemos actuar antes de que la soledad y la presión virtual se conviertan en sentencias irreversibles”, subraya Nanni.
El ciberacoso, la comparación constante y la exposición a discursos de odio en redes sociales han aumentado la vulnerabilidad, en especial entre adolescentes, quienes viven en un ecosistema digital donde la validación depende de la aprobación externa, y la comparación social impacta gravemente su autoestima.
Ricardo Nanni Alvarado, psiquiatra y director general de Grupo Punto de Partida, A.C.
Arnaud subraya que un método básico de prevención del suicidio es hablar sobre este problema, de las emociones que se experimentan. Si una persona ya tiene ideación suicida o ha tenido un intento de suicidio, debe ser valorado inmediatamente en un servicio de urgencias por un psiquiatra o por un experto en salud mental.
“Está demostrado que, si alguien tiene el deseo de querer morir y alguien le pregunta si lo está pensando, simplemente por eso disminuye el riesgo de que se suicide”, explica.
Los psiquiatras recomiendan, además, detectar señales de alerta: frases como “no vale la pena seguir viviendo”, cambios de conducta, aislamiento, regalar pertenencias o investigar métodos de suicidio, y expresiones emocionales de desesperanza. En adolescentes, se suman las autolesiones y publicaciones en redes sociales sobre la muerte.