Los cambios en el bachillerato
La Secretaría de Educación Pública (SEP) unificó los 32 subsistemas que existían en el nivel medio superior y creó un solo Bachillerato Nacional, con dos opciones formativas: bachillerato general o bachillerato tecnológico.
Ambas modalidades tendrán un marco curricular común que enseña habilidades clásicas como lengua, ciencias, matemáticas, inglés, ciencias sociales, filosofía y humanidades. A estas materias se sumarán habilidades digitales y tecnológicas, así como formación socioemocial.
La diferencia fundamental entre las dos opciones está en el nivel de las competencias laborales que enseñen. Quienes cursen el bachillerato general aprenderán competencias laborales básicas y recibirán un certificado de terminación de estudios. Este esquema se piensa para continuar la educación superior.
En el bachillerato tecnológico, en cambio, se dedicarán más horas y materias complejas a la formación de competencias laborales extendidas a través de 164 carreras técnicas y 12 tecnológicas avaladas por la UNAM o el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Entre ellas ciberseguridad, automatización, robótica, inteligencia artificial y semiconductores. Al finalizar los estudios, los alumnos podrán recibir, además, un certificado de formación profesional.
“Son las carreras del futuro, pero también del presente y nuestros jóvenes deben tener la posibilidad de acceder a lo mejor de lo mejor”, declaró el secretario de Educación, Mario Delgado, en una reunión con supervisores de educación básica de Hidalgo.
Recursos limitados
En 2008 se intentó implementar una reforma similar, recuerda Jesús Aguilar, investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE). En septiembre de ese año, la entonces titular de la SEP Josefina Vázquez Mota publicó un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para “establecer el Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad”. También consideraba un marco curricular común y una certificación similar a la de la propuesta actual. Pero no se concretó tal cual.
La homologación del bachillerato es un camino adecuado para fortalecer la educación media superior, pero debería venir acompañada de un incremento al presupuesto educativo, explica Patricia Vázquez, directora de la organización Mexicanos Primero.
Hay un planteamiento sensato. Claramente, la agenda de educación y de educación media superior es una agenda de prioridad para el gobierno federal”
Patricia Vázquez, directora de la organización Mexicanos Primero.
"Pero sigue estando en el cuello de botella en los recursos para que eso suceda. No hay una concordancia con mayor presupuesto para el siguiente ciclo escolar", señala.
La especialista en educación dice que el nuevo modelo se trabajó durante dos años y reconoce que las autoridades lo presentarán incluso con organizaciones no gubernamentales. Considera importante que, además, se vincule con el Plan México, un proyecto de la presidenta Claudia Sheinbaum para incrementar la inversión en el país.
Las carreras técnicas que se impartirán en el bachillerato tecnológico responden a necesidades de los sectores estratégicos en aquel proyecto, como la industria del calzado, textil, aeroespacial, química y petroquímica, automotriz y farmacéutica. Se espera que las carreras técnicas sean certificadas por la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y generen talento para los Polos de Desarrollo Económico, diseñados por el gobierno en zonas delimitadas donde se concentrará la inversión y la actividad industrial.
"La crítica no es sobre las capacidades de la propuesta del bachillerato, sino a los recursos que van acompañados a la implementación del nuevo bachillerato y ahí está el gran cuello de botella”, reitera Vázquez.