A pesar de los esfuerzos, el país no ha regresado a los niveles prepandemia. El 19% de la población nacional tenía rezago educativo en 2018, y seis años después, 18.6% de los mexicanos se mantienen en la misma condición.
La marginal reducción en la administración anterior fue superada, además, por el crecimiento poblacional. Al inicio del sexenio pasado 23.5 millones de personas no contaban con la educación obligatoria según su edad. En 2024 ya eran 24.2 millones.
En seis estados, incluso, el rezago educativo se incrementó. Cinco de ellos acumulan altos niveles de pobreza extrema, por encima del promedio nacional.
Chiapas encabeza la lista. Su población con desfase escolar pasó de 31.2% a 34%. Es el estado con más habitantes sin recursos suficientes para alimentación, al acumular 27% del total de pobladores en esa situación.
En Oaxaca, Guerrero y Campeche también creció el atraso escolar. Lo hizo en 0.9, 2.5 y 1.1 puntos porcentuales, respectivamente. Aunque los aumentos pueden considerarse mínimos, demuestran una triste realidad: en el sur del país prevalecen las desigualdades y la falta de oportunidades educativas es mayor.
Solo un estado del centro de México y otro del norte registraron la misma problemática. Se trata de Puebla y Durango. El primero con 22.7% de su población en retraso educativo, y el segundo, con 17.7%.
El rezago académico da cuenta de la incapacidad del Estado para garantizar el derecho a la educación y para cumplir con su obligación de prestar servicios escolares de calidad en preescolar, primaria, secundaria y media superior.