Declaró además que, pese a los señalamientos en contra, mantiene un agradecimiento hacia el expresidente por la oportunidad que le dio primero para encabezar el SAT y después, para llegar a la Corte.
Agregó que en su paso por el SAT realizó su trabajo “muy a gusto”, ya que explicó, “la cabeza nunca se metía en lo que hacíamos, y eso te da una fuerza impresionante para desempeñar tu quehacer”.
Ríos Farjat insistió en que, al llegar a la Corte, pudieron influir otras cuestiones, como la manipulación de información por parte de terceros, lo que derivó en las descalificaciones de López Obrador.
“Yo entiendo que él (López Obrador) y muchísima gente tenían una preocupación con la Guardia Nacional, pero el resultado de la Constitución señala esto y lo dijimos con mucho respeto, con respeto a las libertades y a las opiniones. Me sentí un poco sorprendida ahí y sí me dolió en lo personal. Pese a ello, nunca voy a olvidar que me invitó a trabajar para hacer un cambio. Me voy de la vida pública con la satisfacción de que, cuando tuve la oportunidad, hice lo mejor que pude siempre”, dijo.
Ríos Farjat apuntó finalmente que, como servidor público, siempre se debe estar dispuesto a resistir los embates y a seguir comunicándose, explicando y comprendiendo, aunque no siempre signifique asimilar puntos de vista distintos.
Antes de ser ministra de la Corte, Ríos Farjat se desempeñó como jefa del SAT al inicio del sexenio de AMLO, donde impulsó una política de mayor eficiencia recaudatoria.
Su trayectoria estuvo marcada por su cercanía con López Obrador, quien la consideraba parte de su proyecto de transformación; sin embargo, esa relación se tensó tras su voto en contra de la reforma para que la Guardia Nacional quedara bajo control de la Secretaría de la Defensa Nacional, decisión que provocó diversas críticas públicas en su contra por parte del expresidente.