Destacó el avance de incluir en los reglamentos de tránsito el uso de cascos certificados como una obligación para las y los motociclistas en Jalisco y Ciudad de México, además de que se espera la incorporación en el Estado de México.
El especialista advirtió la importancia de impulsar la fabricación nacional ante la incertidumbre sobre cómo puedan afectar los precios de los cascos certificados las políticas de aranceles, en especial ante las negociaciones del Gobierno de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, frente al Gobierno de Estados Unidos, con Donald Trump como presidente.
“Tener una fábrica aquí puede ayudar a reducir los costos al consumidor, su disponibilidad y generar más conciencia”, apuntó.
Greig Craft, fundador de Asia Injury Prevention Foundation, compartió la experiencia vivida en Vietnam –un país de 95 millones de personas donde circulan 60 millones de motocicletas– donde en 2017 impulsó la legislación para hacer obligatorio el uso de casco certificado y luego emprendió una fábrica de cascos sin fines de lucro con trabajadores locales.
Craft lo considera una oportunidad para reducir muertes y lesiones por hechos de tránsito en motocicletas y la posibilidad de fabricar cascos mexicanos.
“Puedes tener un casco de 10 dólares, pero si lo envías desde China, Vietnam u otro país, eso agrega al costo. Tienes el seguro del envío, impuestos, entonces el costo de un casco de 10 dólares se multiplica por cuatro cuando llega a México”, explicó a Expansión Política.
El uso de un casco certificado reduce hasta 72% el riesgo de lesiones graves y en 39% la muerte para motociclistas en incidentes de tránsito, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).