La Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció que la evaluación arrancó el 1 de abril y que se llevaría a cabo durante 30 días hábiles. Restando las vacaciones de Semana Santa y otros asuetos, la aplicación concluiría alrededor del 29 de mayo.
Pero el sindicato disidente de maestros inició una huelga desde el 15 de mayo, que ha suspendido las clases en casi 20,000 escuelas del país, 9.9% del total de planteles de educación básica, que no incluyen bachilleratos, pero sí secundarias.
De acuerdo con cálculos de la SEP, la huelga afecta a 1.2 millones de alumnos de ocho entidades federativas: Baja California Sur, Chiapas, Ciudad de México, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Yucatán y Zacatecas.
Sin embargo, la Coordinadora Nacional asegura que las escuelas en paro representan una cantidad mayor. Por ejemplo, han exhibido que 90% de los planteles en Sonora supuestamente están cerrados, cuando la SEP no contabiliza ningún colegio en paro en esa entidad federativa. La CNTE también asegura que hay escuelas sin labores en Michoacán, otro de sus bastiones.
No hay un calendario específico del avance por estado en la aplicación de la prueba PISA 2025, pero las autoridades anunciaron en marzo que se aplicaría a 8,000 estudiantes. El contexto importa porque, además de las protestas de la CNTE, otros estados también han suspendido clases en días distintos por la inseguridad y violencia que amenaza sus escuelas.
En la edición de 2022, México fue el tercer país peor evaluado de la OCDE en matemáticas y comprensión lectora, y el país con el peor puntaje en ciencia.
El secretario de educación ha señalado que, sin considerar los entornos de los estudiantes, la evaluación educativa de la OCDE resulta limitada.
“Este tipo de exámenes estandarizados tienen limitaciones muy importantes para evaluar de manera objetiva el desempeño educativo y los resultados son muy relativos dadas las enormes diferencias que existen en los distintos entornos escolares”, declaró el 1 de abril.