Durante los casi cuatro años que estuvo en México pasó de tener una relación cercana al titular del Ejecutivo Federal a un alejamiento e incluso a que la comunicación no fuera directamente con la presidenta Claudia Sheinbaum, sino a través del secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente.
En su último encuentro con los representantes de los medios de comunicación, Salazar realizó una rifa de algunos de los sombreros que lo acompañaron por sus recorridos en México y se dio un momento para partir su última rosca de reyes.
En un espacio contiguo se colocaron algunas de las fotografías que tenía instaladas en la biblioteca de la residencia, una de ellas acompañado de Andrés Manuel López Obrador.
También exhibió el libro ¡Gracias!, el cual tiene una dedicatoria del exmandatario mexicano, con quien hubo un distanciamiento en los últimos meses a causa de las críticas que realizó el diplomático a la Reforma Judicial.
En sus últimas horas como embajador, Salazar afirmó que la visión del gobierno de Joe Biden en materia migratoria es atender las causas que originan que miles de ciudadanos dejen sus comunidades de origen, y resaltó que con la administración que encabezará Trump, no se sabe realmente lo que viene, pero a partir del 20 y 21 de enero se conocerán sus ordenes ejecutivas.
“Hay mucho miedo por las amenazas que se hacen, pero la realidad es que el sistema de migración de Estados Unidos está quebrado desde hace muchos años, con el presidente Bush, el presidente Obama, el presidente Trump, el presidente Biden y no ha habido una solución. Espero que en los 100 días después del 20 de enero, el Congreso de Estados Unidos trabaje en soluciones verdaderas”, aseguró.
La misión nunca se termina por cumplir
El embajador estadounidense afirmó que se va de México con la satisfacción de haber trabajado por fortalecer la relación bilateral, sin embargo, descartó poder asegurar “misión cumplida”, debido a que aún hay varios temas en los que es necesaria la cooperación mutua como migración, seguridad y fentanilo.
“La misión nunca se cumple, el trabajo sigue”, aseguró.
En materia de seguridad, insistió en que no hay progreso para ninguna nación si hay violencia, aunque reconoció que es un tema difícil.
Sobre el combate al fentanilo, consideró que más allá de discutir si se produce o no en México, se requiere trabajo conjunto para establecer alianzas contra la sustancia que está causando miles de muertes.
“El fentanilo es problema mundial, se requiere la cooperación y esfuerzo de México y Estados Unidos”, indicó.
Sobre el informe que aún está pendiente con los detalles de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, expuso que el proceso legal continuará.
“El proceso legal sigue, sigue con estos capos, seguirá y se verán los resultados en los meses y los años adelante. La esperanza mía siempre ha sido que hay muchos delincuentes, esos no son los únicos que deberían estar pasando su tiempo en Estados Unidos por los crímenes que han causado”, comentó.
De su relación con los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, afirmó que buscó la cooperación.
“Le tengo mucho respeto a la gente mexicana, a la soberanía de México, le tengo un respeto grande al expresidente Andrés Manuel López Obrador y también a la presidenta Claudia Sheinbaum. Les deseo todo lo mejor”, comentó.