Claudia Sheinbaum asumió este martes la Presidencia de la República. (Foto: Raquel Cunha/Reuters)
Yared de la Rosa y Carina García
De niña le contaron que el curso de la humanidad era protagonizado por hombres, no lo creyó, y ahora Claudia Sheinbaum es la primera presidenta de México y la primera mujer en ser la jefa de las Fuerzas Armadas.
Con la llegada de Sheinbaum al Poder Ejecutivo federal, la figura de la mujer resaltó en todos los detalles de la ceremonia de toma de protesta, 12 legisladoras la recibieron, ya en la tribuna la icónica Ifigenia Martínez la esperaba para darle la banda presidencial, junto a la nueva mandataria también estuvo la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña.
Tres mujeres representando los tres distintos poderes, pues como la propia Sheinbaum ha dicho: “no llego sola, llegan todas”.
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“Muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres. Poco a poco esa visión se ha ido revirtiendo; hoy, sabemos que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia de México desde diferentes trincheras y también sabemos que las mujeres podemos ser presidentas”, soltó en su primer discurso como presidenta.
Hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con ‘A’ al final, al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniería con ‘A’, porque, como nos han enseñado, sólo lo que se nombra existe.
La llegada de la primera presidenta con "A"
Entre porras de “es un honor estar con Claudia hoy” y “presidenta, presidenta”, Sheinbaum ingresó portando un vestido bordado a mano por la artesana oaxaqueña Claudia Vásquez, donde sobresalía la cultura ancestral de México.
La comitiva que la recibió, conformada únicamente por mujeres, hicieron fila desde las 10:30 por la entrada que da la Avenida Congreso de la Unión, abajo del frontispicio de San Lázaro. “Es tiempo de mujeres”, señalaron.
Al ingresar, Claudia Sheinbaum estiró las manos y mandó besos a las personas que se encontraban fuera de la Cámara de Diputados gritándole “presidenta, presidenta” y “Claudia, te amo”. Mientras, su esposo Jesús María Tarriba Unger, la esperaba para alcanzar su mano y volver a tomarla para ingresar.
Entró al recinto legislativo sonriendo, mandando besos y alzando la cara, pues sabía que ese era su momento. Aunque los legisladores de su partido querían una foto con la mujer que encabezará el Poder Legislativo por los próximo seis años, ella pasó de largo sin detenerse, a lo que los diputados y senadores solo le tomaban fotos, videos o se acercaban a ella para una selfie.
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Al llegar a su lugar, la foto parecía perfecta, ya que tres mujeres representaban los tres Poderes de la Unión: Ifigenia Martínez, el Legislativo; Norma Piña; el Judicial, y Claudia Sheinbaum el Ejecutivo, pero no sólo estaban ellas, también se encontraban las cadetes del Heroico Colegio Militar, quienes eran cuatro mujeres de no más de 30 años vestidas con su uniforme tradicional y escoltando a la ahora presidenta.
Claudia Sheinbaum fue escoltada por legisladoras mexicanas a su entrada a San Lázaro. (Foto: Raquel Cunha/Reuters)
Fue la primera vez que las mujeres tomaron todo el poder político, después de que hace más de 69 años ellas no podían ni elegir por voto a sus gobernantes, debido a que eso era sólo un derecho de los hombres; además, de que también ellas eran relegadas de los cargos públicos.
Ahora la escena era diferente: las mujeres llegaron. Claudia Sheibaum tomó protesta como presidenta e Ifigenia Martínez le dio la banda presidencial, acto que tuvo un simbolismo relevante, ya que la “maestra” como le dicen a esta última diputada impulsó desde la década de los 60 el trabajo de las mujeres en la política y le abrió brecha a todas ellas para estar en la vida pública.
Claudia Sheinbaum recibió la banda presidencial de Ifigenia Martínez. (Foto: Raquel Cunha/Reuters)
Sin importan su estado de salud, pues traía oxigeno conectado a la garganta y hasta le costó levantarse de su silla para entregar la banda presidencial, Ifigenia Martínez formó parte de este acto histórico.
Entre aplausos, Claudia Sheinbaum dio su primer mensaje a la Nación como presienta de México, donde destacó el papel de las mujeres, a las "heroínas de la Patria" y a las "heroínas anónimas".
"A las invisibles, que con estas líneas hacemos visibles, a las que con nuestra llegada a la Presidencia y estas palabras hago aparecer, las que lucharon por su sueño y lo lograron, las que lucharon y no lo lograron.
Llegan nuestras amigas y compañeras, llegan nuestras hijas hermosas y valientes, y llegan nuestras nietas; llegan ellas, las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si naciéramos siendo mujeres u hombres, podemos realizar sueños y deseos sin que nuestro sexo determine nuestro destino.
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El contraste del discurso fue notorio. Al término enalteció a las mujeres y su papel como madre, abuela, científica y presidenta, cuando al principio dedicó sus primeros minutos a hablar de los logros de Andrés Manuel López Obrador y el legado que deja, así como de sus principales propuestas que ella continuará.
"Hoy lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos: la historia y el pueblo lo ha juzgado; Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido (...) para millones, aunque a él no le gusta que se lo digan, el mejor presidente de México, el que inició la revolución pacífica de la Cuarta Transformación de la vida pública de México", dijo.
Claudia Sheinbaum dedicó sus primeros minutos de su discurso a Andrés Manuel López Obrador. (Foto: Raquel Cunha/Reuters)
Después cambió el tono y fue recordando que "es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres". Contó la historia de que durante mucho tiempo, las mujeres fueron anuladas y les hacían creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres, pero hoy esa visión se ha ido revirtiendo.
"Hoy, sabemos que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia de México desde diferentes trincheras y también sabemos que las mujeres podemos ser presidentas", afirmó.
Soy madre, abuela, científica y mujer de fe, y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum al cargo más importante en la vida pública de México, niñas y adolescentes crecerán bajo contexto en el que se sabe que las mujeres pueden ser presidentas.
