El pasado domingo 22 de septiembre, los inconformes con la reforma, que somete a voto popular la elección de jueces, ministros y magistrados, protestaron en un evento del presidente en Casa Juárez del Puerto de Veracruz.
Además de recibirlo entre gritos de “¡Dictador, dictador”, los manifestantes le lanzaron una botella de agua, que el Mandatario federal alcanzó a esquivar.
Un día después, durante su conferencia de prensa diaria, López Obrador dijo que esas protestas se realizan por personas enojadas porque ya no habrá corrupción en el Poder Judicial y agregó que no habrá “persecusión” contra los responsables de lanzar la botella.
Entiendo que están enojados, que están molestos. Por esto mismo, ellos quisieran que no cambiara nada, conservadurismo viene de conservar, de mantener el statu quo; pero eso ya no se puede, y ya se les va a ir pasando el enojo",
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México
El 23 de septiembre, por segundo día consecutivo, López Obrador se enfrentó a protestas en su contra. En esta ocasión, trabajadores del Poder Judicial de Matamoros, Tamaulipas, se manifestaron en el evento donde él y la presidenta electa Claudia Sheinbaum develaron un busto en honor a Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un revolucionario del siglo XIX, considerado un héroe por el Mandatario, cuyos restos ordenó localizar en Panamá.
Ahí, de nueva cuenta, los empleados judiciales le gritaron "¡Dictador!, ¡Dictador!", "¡No es un honor estar con un dictador!" y "Sin color, sin partido, la justicia se ha impartido".