Estos hospitales estaban incluidos en aquel censo de 394 establecimientos de salud abandonados, es decir, clínicas, centros de salud y unidades médicas. De esa cifra, el extinto Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) recuperó adicionalmente, hasta octubre de 2021, 153 unidades de salud y 110 centros de salud. Mientras que 20 hospitales salieron del censo porque su infraestructura estaba tan dañada que no podría rehabilitarse.
En total, en el Programa de Rehabilitación de Hospitales y Centros de Salud, se invirtieron, entre 2019 y 2024, 11,761 millones de pesos. De estos, 4,267 millones se destinaron a 117 hospitales que se rehabilitaron, sobre todo en áreas de farmacia y quirófanos, más 7,493 millones para 2,942 centros de salud. La rehabilitación, explicó Zoé Robledo, incluyó reapertura de consultorios, quirófanos, farmacias, mejora de aires acondicionados e instalaciones eléctricas.
Para tener más unidades del Estado, López Obrador inició la compra de los hospitales construidos en otros sexenios bajo el esquema de Asociación Pública Privada (APP). El Gobierno federal busca adquirir entre nueve y 10 de esos hospitales, por los que cada año pagaba cifras millonarias a las empresas que los levantaron, con contratos de más de 20 años, que el presidente consideró leoninos, y que operaban a medias.
Actualmente se han concretado los convenios para comprar dos hospitales APP del ISSSTE, pero la negociación del resto quedará en manos del gobierno de Sheinbaum.
A decir del doctor Gilberto Castañeda, la estrategia de recuperar hospitales es una buena opción para no malgastar recursos.
Esta es una buena decisión. O sea, ya se invirtió dinero, ya se hicieron los estudios de por qué esos hospitales están en esos sitios”,
Gilberto Castañeda, investigador del Departamento de Farmacología del Cinvestav.
Sin embargo, menciona, también queda pendiente el reto de equipar todas las unidades y contar con el personal de salud acorde a la demanda.