En septiembre de 2019, fue absuelto por un juez. Su liberación causó preocupación en su momento entre las familias de los estudiantes.
En 2015, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) detuvo por primera vez a Gildardo López Astudillo bajo dos órdenes de aprehensión en su contra, una de ellas por el delito de secuestro agravado en contra de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y la segunda por delincuencia organizada.
Astudillo había sido señalado por las autoridades como el vínculo entre la banda criminal de los Guerreros Unidos y sus bases en la región de Iguala. Fue él quien supuestamente dio aviso al líder de esta agrupación, Sidronio Casarrubias, de la presencia de los estudiantes la noche de su desaparición.
En un mensaje de texto que presuntamente envió a Casarrubias, López Astudillo habría dicho que nunca encontrarían a los estudiantes porque ''los habían convertido en polvo''.
La recaptura ocurre a unas semanas de que se cumplan 10 años del ataque en Iguala.