Además de perder acceso a niveles superiores educativos, la población joven redujo la ventaja en años de escolaridad, respecto a sus padres. En 2016 alcanzaban 2.8 años más de estudios, y en 2022, 2.4.
Para la juventud de México con padres que solamente cursaron primaria ha crecido la probabilidad de alcanzar estudios superiores; sin embargo, esta es cuatro veces menor respecto a quienes son hijos e hijas de profesionistas.
El Centro de Estudio Espinosa Yglesias refiere que en 2018 se esperaba que la población menor de 29 años alcanzara, en promedio, 14.1 años de escolaridad. La estimación bajó en 2022 a 13.6 años de escolaridad.
Según el análisis, una política de transferencias monetarias para la educación que procure la movilidad social debe dirigirse con mayor intensidad a quienes presentan mayores desventajas.
“Sin embargo, la evidencia muestra que el esfuerzo para revertir los problemas de baja movilidad social y estratificación educativa se ha debilitado durante el periodo de análisis. Si se destinan mayores recursos a quienes viven en desventaja económica y educativa, se reducirá la desigualdad de oportunidades entre la población y, por ende, habrá mayor movilidad social”, explica el Centro de Estudios.