Sin embargo, otros sistemas educativos estatales atienden a más estudiantes de los que viven en sus demarcaciones. Es el caso de la Ciudad de México, que registra una cobertura de secundaria de 124% y de Quintana Roo, con 106%.
El bajo rendimiento escolar es producto, entre otros factores, de la crisis educativa que ahondó la pandemia de covid-19 y que, a la fecha, no ha sido atendida con eficiencia por las autoridades educativas, explica Fernanda Domínguez de Echeverría, coordinadora de Educación del IMCO.
Aunque estos datos permiten dimensionar el bajo rendimiento escolar, medir con exactitud el problema es difícil porque la Secretaría de Educación Pública (SEP) eliminó las evaluaciones educativas. No obstante, el Banco Mundial ha estimado que la pérdida de aprendizajes en México después de la pandemia equivale, al menos, a dos años.
“El impacto no lo podemos conocer porque se eliminaron las evaluaciones educativas. No podemos conocer el grado de pérdida de aprendizajes o de dónde están nuestros jóvenes hoy. La política educativa ahorita se está diseñando a palos de ciego”, lamenta la especialista.
Pese a este panorama, los nuevos libros de texto gratuitos redujeron los contenidos matemáticos, según han denunciado algunas familias, organizaciones y expertos en pedagogía. La SEP ha negado esto, pero especialistas subrayan que los temas presentes en los libros se quedan en el campo práctico.
“Al restarle importancia a materias tan importantes como las ciencias exactas, como matemáticas, pues los niños van a dejar de desarrollar este pensamiento lógico-matemático porque, por ejemplo, las matemáticas quedan literalmente rezagadas, bueno, más bien, reducidas a su uso práctico”, advierte.