Lenguaje
Tradicionalmente, la escuela había enseñando la forma correcta de hablar. Ahora que los nuevos libros reconocen que hay variantes lingüísticas y maneras de hablar en ciertos contextos, explica Hernández.
Detalla que, por ejemplo, en el libro de primero de primaria, viene una parte de cómo nos comunicamos, según nuestro contexto. Con la familia y compañeros decimos "hola", pero a lo mejor con desconocidos decimos "buenos días", señala al comentar que eso está bien y puedes decir "dijistes", pero un uso más adecuado en un libro académico es "dijiste".
Esto no es un error. El problema es que los libros se quedan únicamente en esa enseñanza y no ahondan en gramática, sintaxis y la estructura de la lengua. "No les enseñas cómo es la estructura del español, cuál es la manera más óptima de decir una idea, si los adjetivos se dicen de una manera u otra", ilustra la linguïsta.
Matemáticas
Algo similar ocurre con otras disciplinas, como matemáticas. Las expertas señalan que se ha reducido el contenido de ciencias, no solo por el número de páginas, sino por la profundidad con la que se enseña.
Un análisis de la Sociedad Matemática Mexicana concluyó que a estos contenidos les falta rigor científico y teórico, lo que puede obstaculizar el aprendizaje de contenidos avanzados.
Alma Maldonado, investigadora en educación del Cinvestav, advierte que la desaparición de los libros por cada materia puede impedir un aprendizaje sistemático. Señala que con el ejercicio que pusieron las autoridades educativas para demostrar que se daban matemáticas en el libro de fase 3, no se demuestra ese conocimiento, por lo menos para los estudiantes de ese nivel.
Y aunque reconoce que la metodología Aprendizaje Basada en Proyectos ya se utilizaba, no puede sustituir la enseñanza por disciplinas. "Trabajar con 'proyectos' podría ser factible si existieran recursos adecuados y capacitación docente", coincide con las otras especialistas.
Ideología
Desde que los libros de texto gratuitos se crearon por primera vez, los gobiernos siempre han buscado incluir contenidos que favorezcan sus administraciones o posturas, considera Hernández, quien también es profesora de primaria.
Sin justificar las intenciones del gobierno actual, la especialista subraya que es importante analizar la creación de los libros sin olvidar las versiones anteriores. "A veces parece que tenemos como memoria histórica muy corta", apunta.
Los autores
Tras revisar algunas versiones de los libros que se usarán en el ciclo escolar 2023-2024, la experta Hernández indica que sí fueron diseñados por diversos especialistas en disciplinas. Sin embargo, también incluyen el saber de personas que no son de la academia, pero conocen de un tema en la práctica.
Por ejemplo, para los contenidos relacionados con biología, se consultó a biólogos y hasta a gestores de viveros.
Lo conveniente sería que el cambio de modelo educativo se hiciera de manera paulatina, para permitir su adaptación y comprensión, tanto de alumnos como de maestros. "Pero se cambió de la noche a la mañana y, evidentemente, va a tomar generaciones enteras que se pueda adaptar", advierte Hernández.