Es así que en este libro, Tania del Río expone y da cuenta de la situación por la que las "raestradoras", madres, hijas, hermanas y esposas de personas desaparcidas viven al convertirse en "mujeres sabueso en el infierno de un país que siembra cuerpos".
En entrevista para Expansión Política, la autora cuenta qué le motivo a escribir este texto con el que busca homenajear a todas esas mujeres que rascan y huelen la tierra buscando a sus tesoros, que de forma desesperada se unen en colectivos en los que comparten el dolor de buscar a los suyos, y quienes en este mismo camino también terminan siendo juzgadas, revictimizadas, víctimas de la indiferencia, las amenazas e incluso asesinadas.
"El fenómeno de la desaparición que por la que viven y atraviesan y sufren y padecen estas mujeres, las rastreadoras, no es un problema de ellas, es un problema de todos y en cualquier momento a cualquiera de nosotros nos puede pasar, ya hemos visto muchas historias, precisamente, de desaparición de personas que nada tienen que ver con el crimen organizado"
"Es algo que a cualquiera nos puede pasar, hay que dejar de pensar que no pasa nada. Todos podamos hacer algo y qué podemos hacer, pues escuchar a estas personas, acompañarlas, podemos empezar por no juzgar,las crearredes de apoyo más cercanas, esa ayuda, solidaridad, soporte y unión da mucha más contención que si nos quedamos aislados y creer que no pasada nada", apunta la escritora, quien hace hincapié en que"#UnDesaparecidoNoSeJuzgaSeBusca".
¿De qué trata el libro "Las Rastreadoras"?
"El libro presenta historias de vida que lamentablemente son historias reales, no es ficción. Contar estas historias es una forma de honrar la memoria, de comprender el dolor que representa el buscar a una persona desaparecida.
"No pretendo ponerle sentido, solo narro las cosas. Lo que encontramos aquí es un contenido para identificar, analizar, reflexionar, pero sobre todo para darnos cuenta de lo que estamos viviendo en el país.
Las desapariciones forzadas están sucediendo de una forma en la que pareciera que se normaliza la violencia y no nos estamos dando cuenta de que son un cúmulo de violencia; son barbaries, asesinatos, omisión, negación de la identidad de las víctimas que se llevan y de todos sus derechos".
"Son también la negación de la existencia, la desaparición de sus cuerpos, todo esto suspendido en el tiempo que hace que los familiares, las madres, las hijas, las que están viviendo esto, se quedan como suspendidas en un limbo porque no pueden dar un cierre, no pueden hacer un rito de cerramiento y todas esas violaciones quedan suspendidas y se extienden por un tiempo indefinido hasta que se encuentre el paradero de la víctima o hasta que se encuentren sus restos".