“La transición de los servicios basados en hospitales psiquiátricos a servicios integrados con la atención primaria de salud y los hospitales generales ha sido lenta”, expone el organismo en el informe Una nueva agenda para la salud mental en las Américas, presentado este viernes.
Faltan camas psiquiátricas
Con la reforma del año pasado, México busca dejar atrás la hospitalización en psiquiátricos, pues en muchas ocasiones se realizaba con violaciones a los derechos humanos de las personas.
Sin embargo, expone la OPS en el reporte, esta transición no se ha concretado porque no han aumentado las camas para salud mental en los hospitales generales mientras que las camas en los hospitales psiquiátricos disminuyeron de 5.07 a 2.98 por cada 100,000 habitantes.
La OPS reconoce que la ley sobre salud mental de México prioriza los derechos humanos, “garantiza el acceso universal, no discriminatorio y equitativo a la atención de los trastornos de salud mental y por consumo de sustancias psicoactivas”, y la internación voluntaria, con consentimiento informado previo.
Prohíbe, además, la construcción de nuevos hospitales psiquiátricos, y los existentes deben ser reestructurados como centros ambulatorios u hospitales generales.
Pero esto avanza a paso lento. Apenas el 29 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la creación de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, que será la encargada de coordinar la prestación de los servicios de salud mental en los tres niveles de atención.
Urgen más presupuesto
En la presentación del informe, el director de la OPS, Jarbas Barbosa, exhortó a los países miembro a poner la salud mental en un lugar prioritario de la agenda política, ya que los trastornos depresivos aumentaron en la región 35% durante la pandemia de covid-19, y los de ansiedad, 32%.