"China tendrá que decidir si quiere responder a esta demanda o si va a seguir permitiendo de una forma u otra el desvío de estos precursores químicos", dijo el líder de la diplomacia estadounidense.
El fentanilo, un opioide sintético entre 50 y 100 veces más potente que la morfina y que se mezcla con otras drogas para potenciar su efecto, ha provocado una crisis de salud pública en Estados Unidos, donde el año pasado murieron 100,000 personas por sobredosis con esta sustancia.
Blinken explicó que muchos de los precursores químicos del fentanilo son legales, pero llegan de forma ilícita a México desde China.
"En todos nuestros contactos con China, hemos estado presionando sobre este tema en particular para que tome medidas para controlar el desvío ilícito de precursores de fentanilo y de otros opioides sintéticos", afirmó el secretario.
Sin embargo, la respuesta del gigante asiático, explicó Blinken, ha sido que "este es un problema de consumo de Estados Unidos".
Para presionar a China en ese sentido, el Gobierno de Joe Biden está construyendo "una coalición internacional contra el fentanilo" porque este es "un problema global", afirmó el titular de Exteriores.
Este tema también ha tensado la relación de Estados Unidos con México, dado que Washington ha asegurado que su vecino debería hacer "más" para frenar el tráfico de fentanilo, mientras que los republicanos han pedido una intervención militar en territorio mexicano.
Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha negado que en su país se fabrique fentanilo y ha asegurado que esta droga llega directamente desde China a Norteamérica, en su mayoría a Estados Unidos.
Pero Pekín lo negó tras una carta que López Obrador envió en abril a su homólogo Xi Jinping para pedir ayuda para combatir esta droga.