Detenido en Los Ángeles, California, el 15 de octubre de 2020, Cienfuegos fue noticia de alto impacto en México, al tratarse de un exsecretario de la Defensa, el más alto puesto en el Ejército Mexicano, relacionado en una investigación estadounidense. Por el nivel del exfuncionario, Esquivel asegura que los fiscales de ese país no sólo tenían indicios de sus relaciones con el crimen, sino que tenían una investigación documentada.
“Los fiscales a cargo del caso, habían hecho una investigación muy amplia, porque esto se deriva de otra investigación que se estaba haciendo dentro de Estados Unidos sobre lavado de dinero, y ahí fue donde escucharon el nombre de Cienfuegos y se llevaron bastantes años elaborando el expediente criminal en contra de él”, resalta.
-¿En qué estatus estaba la investigación contra el general Salvador Cienfuegos cuando lo detuvieron?
–En Estados Unidos no se puede actuar por estar investigando. Para poder detener a cualquier persona, un gran jurado, te lo tiene que autorizar; tienen que determinar que es justificable, para que se le detenga y se le acuse, ya sea civil o criminalmente.
Ellos ya habían terminado la investigación; más bien, estaban esperando el momento de detenerlo, obviamente no iban a entrar a México a detenerlo. Estaban esperando, y estaban conscientes, de que al general le gustaba viajar de manera constante a los Estados Unidos. Estaban –más bien– a la cautela. Y cuando descubrieron que iba a hacer un viaje –como lo hizo a Los Ángeles–, ahí es cuando ya se le quitan los sellos al encausamiento.
–En tu libro, explicas que tenías información desde antes de la captura y que buscabas confirmar en México lo que se estaba investigando en Estados Unidos porque. A ti te avisaron, y tocaste base con funcionarios mexicanos y todos decían: “déjame investigar, déjame investigar”.
–Bueno no, no todos. Eran tres, específicamente, Alejandro Gertz Manero, Marcelo Ebrard y Martha Bárcena, que era embajadora de México en Estados Unidos; no tenía ni idea, obviamente, se manejó con mucha cautela, y para poderlo yo publicar –no solo yo, también Alan, en el New York Times–, teníamos que tener una fuente que nos sustentara que, por lo menos, sabían que por ahí o habían escuchado.
Nadie puede conocer el encausamiento ni las pruebas, porque eso es ilegal en Estados Unidos es un delito se llama obstrucción de justicia. Imagínate, le das un pitazo a alguien: ‘te van a detener por eso’, pues no; no funciona así. No pudieron corroborar nada, y yo, más bien, creo que, en Estados Unidos, la Fiscalía del Distrito Este, en Brooklyn, quería saber si en México había algún indicio de que también podían estar investigando los pasos de la narco corrupción en las Fuerzas Armadas en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Al no tener respuesta –absolutamente de nada–, pues ocurrió lo que ocurrió, pasaron los meses: el general va Los Ángeles, y ahí lo detienen.
"El general Salvador Cienfuegos no actuó solo", Jesús Esquivel | Entrevista