Después de dos años en ese área con la mínima interacción con el humano, planean liberar a los cachorros en la naturaleza. Los felinos criados en cautiverio que tienen contacto con humanos o los rescatados del comercio de mascotas exóticas no pueden ser liberados.
Los rescatistas esperan que los jaguares liberados se reproduzcan en la naturaleza, aumentando las poblaciones locales diezmadas por la deforestación, la caza furtiva y la fragmentación de sus hábitats.
El mayor y más poderoso felino de América, en otro tiempo deificado por las civilizaciones prehispánicas, está en peligro de extinción. En México quedan unos 4,700 ejemplares en libertad, según un censo publicado el año pasado.
El santuario de jaguares de Reino Animal, que empezó a funcionar hace un año con la ayuda del fabricante de chocolate italiano Ferrero, alberga actualmente siete jaguares en 5,000 metros cuadrados, incluida la reciente ampliación de 1,000 metros cuadrados para su proyecto de "cría salvaje".
Algunos de estos animales sufrieron maltratos cuando los tenían como mascotas exóticas. Se les limaron los dientes, quitaron las garras y quemaron los nervios de las patas delanteras para evitar que estas volvieran a crecer.
Gran parte del tráfico ilegal de animales salvajes en México se realiza a través de las redes sociales, según los activistas medioambientales, que han denunciado lo que denominan una regulación laxa que amenaza a las especies en uno de los países con mayor biodiversidad del mundo.
Mantener cada jaguar le cuesta a Reino Animal unos 40,000 pesos (2.080 dólares) al mes, a los que hacen frente a través del turismo y de la asociación con Ferrero.
"En la nueva sección los jaguares desarrollarán una crianza lo más salvaje posible", dijo el director de Reino Animal, Ithiel Berrum.