Es la marcha por los cuatro años del presidente Andrés Manuel López Obrador en el gobierno, donde miles de simpatizantes caminan por Avenida Reforma rumbo al Zócalo. Sin embargo, los legisladores y dirigentes a la cabeza de ese y otros contingentes posan serios e ignoran la demanda que encuentran a su paso, la de las familias que buscan y no encuentran.
Sigue entonces la Canción sin Miedo, de Vivir Quintana. “Cantamos sin miedo, pedimos justicia. Gritamos por cada desaparecida. Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas!”.
Retumba la bocina, algunos cantan pero sin inmutarse, pasan sin ver. Del lado izquierdo se alcanza a oír “Señor, señora, no sea indiferente. Secuestran a nuestros hijos delante de la gente”, pero siguen sin ser escuchados.
En ese momento, el presidente Andrés Manuel López Obrador y miles de seguidores ya habían pasado también en su caminata hacia al Zócalo.
Nadie se detiene a preguntar por las personas que no han sido localizadas: de acuerdo con cifras oficiales, alrededor de 104,000 en los últimos años.
Ni un servidor público se acerca, todos están concentrados en la marcha y el presidente.
Un grupo de familiares de los desaparecidos esperó en vano a que el mandatario se detuviera a su paso a escuchar sus demandas.
A esa hora los familiares ya estaban desbalagados. No eran ya más de 20 los familiares de las personas desaparecidas reunidos en la Glorieta de las y los Desaparecidos.
Solo una persona, Cristina Hernández Vega, de Empalme, Sonora, logró acercarse a metro y medio del presidente.
A esa distancia, se desabrochó su chaleco beige y quedó al descubierto su demanda. “Cuando vio el presidente mi playera con la foto de mi hijo le hizo a los guardias que me sacaran y me sacaron. No pude acercarme a él, yo nomás le gritaba que yo quería a mi hijo” narró.
En su blusa luce la foto de su hijo Jesús Alberto Rodríguez Hernández, desaparecido el 25 de enero de 2019 en Sonora.
Los demás familiares no pudieron ni siquiera abrirse paso entre las personas que impedían llegar al mandatario Federal, que ofreció minutos más tarde un mensaje a miles que lo esperaban en el Zócalo.