El problema es mayor porque en México una persona con depresión tarda 14 años en recibir tratamiento y 70% no recibe la atención adecuada, lamentó.
“México está en la media de las prevalencias, pero la gran proporción está en personas que necesitan ayuda y no la reciben”, subrayó.
La ex directora del Instituto Nacional de Psiquiatría explicó que, durante la primera etapa de la pandemia, la comunidad estudiantil de bachillerato y licenciatura tuvo más problemas que la población adulta.
“Estaban más aislados, más aburridos, más ansiosos y más deprimidos. Entonces, ¿qué quiere decir? Que les empezó a afectar de manera importante la pandemia”, expuso.
Los efectos negativos de quedarse en casa impactaron la vida social de los jóvenes universitarios, su salud física y, sobre todo, sus estudios, detalló.
La doctora Medina Mora agregó que la violencia sufrida durante el confinamiento fue un factor muy importante entre estudiantes de la UNAM para desarrollar un problema de salud mental.