“La suspensión provisional y definitiva sigue en pie, la reanudacion de las obras desacata la decisión de un juez y la vuelve ilegal. Ni siquiera una declaratoria de seguridad nacional puede violar una ley”, advirtió Gonzalo Monroy, asesor legal y consultor, al recordar que el desacato puede ser sancionado con prisión de 3 a 9 años, destitución e inhabilitación de los responsables para ocupar un cargo público por hasta 3 años.
Por eso los activistas preparan, ante la continuidad de las obras y la afectación a la selva, ahora con el argumento de “seguridad nacional”, solicitudes para detener también las eventuales trabajos que seguirán en los tramos 6 y 7, por los impactos que tendrían en las reserva de las biósfera de Calakmul y Sian Ka'an.
José Urbina, buzo y ambientalista, fundador de Cenotes Urbanos, el primer promotor de los amparos para frenar la obra, dijo que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que será investigado y exhibida su trayectoria y patrimonio, por lo que se anticipó: “Soy yo, si me busca aquí estoy”.
Recordó que “pese a su acento, es mexicano, no tiene nada que esconder y si el presidente López Obrador lo busca, lo puede llamar al diálogo”, pues no se esconde.
Cosijoopii Montero, director de Reforestación Extrema, con sede en Nuevo León, respondió al mandatario, quien ha preguntado dónde estaban en otros sexenios. “No sé donde estaba él hace 20 años, yo estaba ya protegiendo los árboles”, dijo.
En esos años, recordó, le ha tocado ver que “Acción Nacional (PAN) saqueó, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) también saqueó. Estamos asqueados, queremos vomitar, ya estamos hartos de ver que no importa qué partido llegue, siguen con esta agenda de la depredación, de pisotear los derechos de la gente”.
“No puedo ver otro proyecto más neoliberal que el Tren Maya, y no le puedo decir que es un proyecto conservador, porque Andrés Manuel no conserva, destruye, su proyecto es de devastación y destrucción, lo vimos con Dos Bocas, destruyó hectáreas de maglar” para su refinería, expuso.
Gemma Santana, directora del colectivo Voto por el Clima, dijo que la destrucción de la selva fue producto de la decisión “de cambiar el trazo del tramo 5 de la mega obra, para no afectar 17 metros de los hoteles”.
Por ello anunciaron la campaña “La Almohada incómoda”, consistente en la entrega a 15 personas, de almohadas fabricadas por estudiantes de artes, con material resultante de los trabajos de destrucción de la selva -suelo cárstico, basura, madera, latas, vidrio- desperdicio que se ha dejado en la zona verde.