Magda, ocho años en la lucha: "Seguiré hasta tener justicia para mis tres hijos"

Por increíble que parezca, esa playera resultó ser uno de los muchos obstáculos que ha enfrentado Magda en busca de justicia por sus tres hijos.

El pasado 23 de junio, el juez de control Edson Apolo Dionisio Santos suspendió la audiencia relativa al feminicidio de Fernanda Sánchez Velarde, luego de pedirle a la mujer que ocultara las fotos de sus hijos y la demanda de justicia.

"La señora lleva esta camisa como un acto de exigencia por justicia para sus hijos, no hace ningún señalamiento contra ninguna persona. Pero el juez considera que esa playera altera el orden e incluso advierte a Magda que no podrá entrar a las audiencias, (contraviniendo) uno de los derechos sustantivos procesales y humanos que tienen las partes en un juicio, particularmente las víctimas indirectas", explica en entrevista Ximena Ugarte, abogada del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) y acompañante legal de la familia.

Para la señora Magda esto tampoco es impedimento, y advierte que no se cansará de exigir justicia por sus tres hijos. De hecho, ese es el consejo que le da a otras mamás y familias víctimas secundarias de la violencia.

"Tengo más de ocho años con lo de mi hija, y cinco con lo que le pasó a mis hijos, pero no lo voy a dejar en ningún momento. Voy a seguir adelante hasta que se le haga justicia a los tres. Sé que cuesta muchos años y sacrificios, pero no podemos dejarlo", dice Magda a Expansión Política.

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No fue suicidio, fue feminicidio

El 4 de enero de 2014, la señora Magda se enteró por uno de sus hijos que "algo había pasado" en la casa de Fernanda Sánchez Velarde, de 18 años, quien vivía a solo una cuadra de distancia y en cuyo domicilio había patrullas.

"Yo me estaba bañando cuando mi hijo llega, apenas podía respirar, y me dice que le habían comentado que mi hija se había quitado la vida. Salgo de bañarme, nos dirigimos al domicilio (de Fernanda), pero no nos dejan entrar porque 'íbamos a contaminar la escena'. Nos quedamos afuera del domicilio viendo todo lo que pasaba, cuando un policía me dice que me ponga lista porque mi hija no se había quitado la vida, que alguien más lo hizo", narra Magda.

Ese mismo día, se enteró que su hija tenía cuatro meses de embarazo. Fernanda ya era madre de un pequeño de casi dos años de edad y estaba casada con Led 'N'.

Desde el primer momento, las autoridades trataron de hacer ver que Fernanda fue quien se quitó la vida. Hasta que la familia logró ver el cuerpo es que notaron contusiones que no eran correspondientes con el supuesto suicidio.

La representación legal de la familia Sánchez Velarde solicitó una serie de actos de investigación con el objetivo de desarticular la hipótesis inicial del suicidio planteado tanto por la médica forense como por un criminalista.

El cuerpo de Fernanda presentaba un total de 16 lesiones, de acuerdo con el reporte de la necropsia inicial, pero la médica forense estudió solo dos para determinar que la joven se suicidó. Las lesiones estaban en los pómulos, en la nariz, en la boca, en la parte frontal, en las manos, en las muñecas y en las piernas.

"Derivado de un análisis no solo de todas estas lesiones, sino también de un estudio con perspectiva de género, es que se logra reclasificar (como feminicidio) y se logra determinar y reconstruir de una manera mucho más consistente la mecánica de los hechos: Fernanda fue primero golpeada, ese golpe que recibe en la parte de la cara y en la parte frontal de la cabeza hacen que pierda la conciencia; y luego la asfixian. El surco que tenía en el cuello, que son tres dedos, dan cuenta de que no pudo ser una maniobra de suicidio y que esa maniobra fue realizada por otra persona", detalla la abogada Ximena Ugarte.

Tuvieron que pasar cuatro años para que el caso se reclasificara como feminicidio, y aunque los hechos ocurrieron en Cuautitlán Izcalli, la señora Magda se vio obligada a asistir a otras instancias externas para lograrlo.

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Esto sirvió para determinar dos cosas: que efectivamente se trataba de un caso de feminicidio, y que había datos de prueba suficientes para creer que Led 'N' era el probable responsable, por lo que fue detenido y vinculado a proceso en abril de 2021. Pero antes, la familia Sánchez Velarde se enfrentó a la impunidad que protegió al presunto feminicida.

En enero de este año inició el juicio contra Led 'N' y en estos momentos se están llevando a cabo las audiencias con las pruebas y testimonios de las partes, para posteriormente esperar una sentencia condenatoria, en caso de que el juez lo halle culpable.

"Consideramos que en todo el caudal probatorio que se ha proporcionado, tanto por la fiscalía como por la asesoría jurídica, resulta consistente a la existencia del feminicidio, pero también hay que tomar en cuenta, y la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación lo dice, que delitos como la violencia sexual o feminicidio, sobre todo de carácter privado, son delitos de comisión oculta; es decir, difícilmente vamos a tener a un testigo que diga cómo fueron los hechos", aclara la abogada.

Sin embargo, agrega, se tiene una serie de pruebas iniciales y testimoniales que muestran que en el lapso de muerte que señala la necropsia de Fernanda, Led 'N' estuvo en el domicilio y salió de ahí con su hijo, lo cual podría ser determinante para lograr una sentencia condenatoria.

¿Qué poder tiene la familia de Led?

La señora Magda se niega a señalar públicamente a Led 'N' como probable responsable del feminicidio de su hija. Dice que no es por dudas ni por miedo, sino para evitar darle armas que puedan dejarlo en libertad.

La historia que tiene con la familia de quien fuera su yerno es violenta y plagada de impunidad. Primero, la agente del ministerio público que integró la carpeta de investigación por el caso de Fernanda resultó ser una tía de Led 'N'.

Después, otra tía del presunto feminicida —identificada como 'la Goya'— envió a policías a la casa de la familia Sánchez Velarde para agredirlos y amenazarlos, obligándolos a abandonar su casa.

"Para 2017 nosotros ya no vivíamos en este domicilio por amenazas de muerte de parte de una de las tías de este sujeto, que nos mandó a policías para que nos golpearan. Las amenazas eran constantes y yo temía que le hicieran algo a mis otros hijos. Pero no valió de nada el habernos salido de ahí", cuenta la señora Magda.

En mayo de 2017, en un intento por retomar sus vidas, Daniel y José Alberto, hermanos de Fernanda, regresaron a Cuautitlán Izcalli para asistir a una fiesta, lugar en donde fueron "levantados y torturados" hasta la muerte.

¿Quién es la familia de Led 'N'? ¿Qué tan fuertes son sus vínculos con las autoridades del municipio de Cuautitlán Izcalli? Son las preguntas que ha hecho Magda a lo largo de ocho años, sin recibir respuesta.

Por el homicidio de Daniel y José Alberto hay dos personas detenidas, pero la investigación sigue estancada, acusa Magda. En lo que respecta a las omisiones, agresiones y amenazas luego del feminicidio de Fernanda, ninguna de las mujeres señaladas por la familia ha sido investigada.

"El MP de Homicidios metió mucho la mano para que no hubiera ningún adelanto (sobre el homicidio de Daniel y José Alberto). La Fiscalía de Anticorrupción (del Edomex) ya está revisando qué es lo que hay en Homicidios, que no han hecho absolutamente nada, y solo tienen a dos detenidos", menciona la mamá de las víctimas.

Más preocupados por la vestimenta

El caso de Fernanda está en manos del juez de control Edson Apolo Dionisio Santos, quien tendrá que resolver la responsabilidad penal del presunto responsable.

A decir de Ximena Ugarte, el juzgador ha tenido una actitud objetiva en términos de llevar cierto orden en las audiencias, por ejemplo, lo relacionado con las expresiones corporales y faciales de Led 'N' hacia los testimonios y pruebas presentadas.

Pero ese "orden" también ha resultado desproporcionado, al punto en que el juzgador llama la atención a quienes asisten a las audiencias con ropa o actitudes que él podría considerar "inapropiados".

"En algún momento, un defensor de derechos humanos emitió algún sonido dentro de la sala de audiencias y le hicieron un apercibimiento muy fuerte, que incluso podrían abrirle una carpeta de investigación por supuestamente alterar el orden de la audiencia (...) a otra persona que acompañaba a un abogado defensor le dijeron que usar escotes iba contra las reglas de vestimenta (...) o como a la señora Magda, que no se le permitió ingresar con una playera en la que exigía justicia para sus hijos", relata la abogada y activista.

Ugarte considera que, en efecto, el juzgador ha incurrido en abuso de autoridad, pues temas de carácter moral son tomados en una categoría de "alteración del orden de una audiencia", lo que además de atentar contra los derechos humanos de las personas, retrasa aún más el proceso.

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Y si bien descartan presentar una queja contra el juzgador —por el tiempo y la burocracia que esto representaría—, sí hacen un llamado para que haya un proceso justo y apegado a derecho.

"Un juicio no es nada más la parte de desahogar las pruebas que acrediten objetivamente los hechos. El debido proceso es el respeto a los derechos humanos. No basta con que la justicia llegue de manera formal; la justicia tiene que ser completa e integral, tiene que haber un buen trato a las personas y tiene que haber esta posibilidad de quejarse ante arbitrariedades de los servidores públicos", manifiesta Ximena Ugarte.

En 2021, luego de la detención de Led 'N', la señora Magda finalmente obtuvo la custodia de su nieto, ahora de casi 10 años de edad, y quien convive con sus primos, que también están a cargo de su abuela.

Magdalena Velarde regresa a los juzgados este 2 de julio a una nueva audiencia en la que se presentan más pruebas contra el presunto feminicida de su hija Fernanda.