De cualquier manera, advierte, el resultado servirá como narrativa en medio del debate de la agenda prioritaria del mandatario federal y de Morena en el Congreso, incluyendo la reforma energética y la electoral.
Integralia enfatiza que la consulta de revocación, la primera en México, podría evidenciar que no se trató de un ejercicio democrático —por la inasistencia de los inconformes—, sino que fue un ejercicio exclusivo para el presidente y su partido.
Además, los resultados se podrían traducir en un sexenio de "cuatro más dos", es decir, estaría dando incentivos para gobernar la primera mitad con énfasis en evitar ser removido, y en los últimos dos años marcaría la intención de un "legado", lo cual podría alimentar el "cortoplacismo" y el clientelismo.
"La revocación de mandato implica un riesgo de inestabilidad política, toda vez que el instrumento se adaptó a la coyuntura actual: un presidente popular, con mayoría en el Legislativo", señaló.
Sin embargo, también plantea que quienes encabecen la Presidencia de la República en el futuro se verán acorralados por la posibilidad de que su mandato termine anticipadamente, por lo que gobernarán privilegiando las medidas populares y de efecto inmediato. Mientras que la oposición tendrá incentivos para el obstruccionismo y para buscar la revocación como amenaza latente.