En lo que refiere a los productos milagro, el titular de la Profeco señaló que hay dos cosas que tomar en cuenta, por un lado la publicidad engañosa, “que es lo que ostentan o con lo que convencen del milagro al consumidor”. Por otro lado, advirtió, estos productos podrían traer riesgos para la salud.
En caso de que sólo actúen como placebos y no representen un riesgo para la salud de los consumidores, sí lo son para sus bolsillos, pues habrán gastado dinero en un producto que finalmente no cumplirá con lo que promete.
Sheffield Padilla apuntó específicamente un caso: el del llavero COVID. Un producto que en realidad sirve para evitar el contacto directo con puertas, botones de elevadores u otros espacios que las personas tocan con las manos; algo a lo que calificó como un “engaño total”.
El procurador explicó que ya se han emprendido acciones contra este producto; sin embargo, el objetivo principal, que es bajar la publicidad, no se alcanzó. Detalló que, al seguir exponiendo su producto a los consumidores, la compañía puede seguir vendiendo y con ello pagar las multas que se le imponen.
“Cuando las multas no los detienen de continuar el engaño, la siguiente medida que marca la ley es ordenar al medio de comunicación que deje de difundir la publicidad. Pero ahora nos hemos encontrado con un gran dilema, qué pasa cuando no quieren o se niegan a bajar la publicidad”.
“La ley en ese sentido es imperfecta”, al hacer referencia que no hay una autoridad competente que pueda frenar y castigar los actos.